Viernes 12 de octubre de 2018, p. 23
Ante la necesidad de mejorar y aumentar la producción de maíz en el país, Kenny Alejandra Agreda Laguna, del Departamento de Bioingeniería y Biotecnología del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) realizó una investigación para obtener un grano híbrido, el cual se caracterizó por tener una amplia productividad, tolerar largos periodos de sequías y soportar bajas temperaturas.
Hay que recordar que México, a pesar de tener un amplio acervo genético del maíz, no es uno de los principales productores de este grano; de hecho, un gran porcentaje del producto consumido en territorio nacional provienen de otros países, principalmente de Estados Unidos.
Además, el producto tiene mecanismos capaces de protegerlo de la polinización de otras plantas, por lo que mantiene sus características de una generación a otra, explicó la especialista, quien dijo que después del trabajo de laboratorio ya se realizó una prueba de campo piloto en una localidad de Sinaloa, con mucho éxito.
El Cinvestav informó que la egresada trabajó a la par con la obtención de plantas de maíz genéticamente modificadas mediante las propiedades fisicoquímicas de la trehalosa que funcionaron como un escudo estabilizador de las enzimas en situaciones extremas de estrés abiótico, como las altas temperaturas, congelación, salinidad y oxidación.
El trabajo es asesorado por Beatriz Xoconostle Cázares, investigadora del Cinvestav y actual directora del Centro de Investigación Científica de Yucatán, quien además tramitó el permiso para operar una hectárea bajo condiciones de bioseguridad, en Sinaloa, donde se llevó a cabo el cultivo de los maíces genéticamente modificados.
En el campo se pudo afirmar que el desarrollo tecnológico creado en laboratorio funcionó. Obteniendo evidencia de que las plantas de maíz toleran sequía, muestran mejor crecimiento bajo condiciones de escaso de riego y a bajas temperaturas, en comparación con plantas controles y esto permitió ver su factibilidad
, dijo Agreda Laguna.