El Estado mexicano reconoció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que tiene una deuda histórica con los pueblos afrodescendientes del país, pues a pesar de ser una nación multicultural, esas comunidades no están reconocidas en la Constitución.

El embajador Miguel Ruiz Cabañas, subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, afirmó que este reconocimiento constitucional es un pendiente histórico, pero las autoridades de México –agregó– han dado los primeros pasos para resarcirlo a partir de la elaboración y presentación de datos estadísticos para visibilizar a esos colectivos.

Durante el 169 periodo de sesiones del organismo internacional, que se celebra en Boulder, Estados Unidos, este jueves se realizó la audiencia Derechos de las personas afromexicanas y afrodescendientes en México. El funcionario mexicano encabezó a la delegación mexicana que participó en este foro, donde representantes de la sociedad civil presentaron las condiciones de estigma y discriminación que se dan en el país contra personas afrodescendientes, ya sean ciudadanos mexicanos o extranjeros.

Derechos negados

Los emisarios gubernamentales indicaron que se trata de uno de los más importantes pendientes en materia de derechos humanos para el país, pues de acuerdo con la Encuesta Nacional de Discriminación 2017, uno de cada cuatro mexicanos señaló no estar dispuesto a rentar una habitación a una persona afrodescendiente y tres de cada 10 no le gustaría que alguien de ese origen fuese electo para la Presidencia de la nación.

Por otra parte, la cuarta parte de las personas afromexicanas reportó que se les ha negado al menos un derecho en los pasados cinco años. Agregaron que se trabaja en varias políticas para garantizar los derechos de estas comunidades.