Editorial Océano editó Más allá de las ciudades, novela gráfica escrita por Alejandra Gámez, creadora de la historieta en línea The Mountain With Teeth, ilustrada por Axur Eneas.

En ella, afirmó Alejandra en entrevista, los protagonistas están buscando algo, no están seguros de qué es lo que necesitan, se sienten incompletos, algo les falta, arrastran una carga. Los personajes principales sobre todo están refugiados, tienen sobre ellos culpa, ira, emociones que los hacen permanecer en el sitio en el que están, y para que se dé un cambio, incluso en su propio ambiente, deben desprenderse de ellas y ver que pueden trascenderlas.

Mountain With Teeth (La montaña con dientes) es un éxito, Alejandra publicó la tercera compilación de esta serie de tiras a través de una campaña de fondeo en la que pidió originalmente 100 mil pesos, y terminó recaudando más de 450 mil. En ella y en Más allá de las ciudades, Gámez explora temas que le obsesionan, como la crueldad, lo que pasa en nuestro país, cosas que si uno piensa demasiado, pueden quitarte toda la esperanza. Me da muchísima ansiedad el olvido, la idea de la muerte, el vacío.

Labor cocreativa

Asimismo, ofrece con su obra una alternativa a una inquietud que le parece generalizada en la juventud mexicana, la percepción de no tener alternativas para enfrentar el futuro.

Hemos crecido con esa idea y con esa tristeza, y al mismo tiempo generamos mecanismos de defensa, entender que no podemos rendirnos, tenemos que tener maneras para enfrentar esto desde un punto de vista artístico, científico, social, participar, tenemos que hacer algo, tampoco se trata de que si las cosas están mal ya valió madres.

▲ Una de las páginas del ejemplar publicado por Editorial Océano.Foto archivo

Alejandra matizó: Cuando estamos en una situación terrible, o el mundo no está en la mejor condición, vemos que estos elementos a los que nos podemos aferrar son indispensables, pero nos hacen tener la esperanza de que esos cambios pueden efectuarse y podemos mejorar.

Sobre su nueva obra, el primero que no ilustra, acotó: “Es mi primer experimento como guionista y, al final de cuentas, todo trabajo con otro dibujante se vuelve una cocreación, porque el que está reinterpretando por medio del lenguaje secuencial es el dibujante, que a la vez está recreando lo que el guionista le está diciendo.

“El artista empieza a poner elementos que sólo a él se le hubieran ocurrido. Yo no le dije a Axur: ‘Oye, haz esto de esta manera’. Yo le dejaba que lo hiciera como quisiera, excepto escenas muy específicas o personajes que yo quería que se vieran de cierta manera, fuera de eso Axur tuvo toda libertad para que pusiera lo que deseara; incluso hay partes en las que yo me atoraba y Axur lo resolvía de manera gráfica.

“Hizo que yo releyera la historia y la descubriera a través de la narrativa que él iba haciendo. Y la elección del estilo fue fundamentalmente su rollo; Axur, como ha sido dibujante de diferentes guionistas (ha publicado historieta en Estados Unidos, además de que en México ha editado cómics como Dibuja una casa), y también trabaja en animación, ha desarrollado la habilidad de hacer estilos distintos. Entonces dijo: ‘Sí, quiero que quede como en la línea de los que tú harías’. Hizo su mejor trabajo tratando de imitar mi estilo y lo hizo tan bien que todavía ahorita que ya está en librerías hay gente que me pregunta: ‘¿qué hizo Axur?’”.