Viernes 5 de octubre de 2018, p. 26
La junta de gobierno del Banco de México, en decisión dividida, determinó mantener la tasa de referencia en 7.75 por ciento, pese a la presión inflacionaria de los energéticos, informó el banco central.
Este indicador es la tasa de interés a la que presta el banco central y marca el costo del dinero para los créditos al consumo.
La institución subrayó que se mantendrá vigilante de la inflación subyacente, que excluye a los productos más volátiles como los energéticos y los agropecuarios, así como de la inflación no subyacente, además de otros elementos que pudieran afectar la meta de 3 por ciento.
Lo anterior, con el propósito de adoptar las acciones que se consideren necesarias, en particular el mantenimiento o un posible reforzamiento de la postura monetaria actual, a fin de que la inflación general converja con la meta del Banco de México en el horizonte en el que opera la política monetaria.
Destacó que la junta mantendrá una postura monetaria prudente y continuará dando un seguimiento especial al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, a la posición monetaria entre México y Estados Unidos en un contexto externo adverso, así como a la evolución de las condiciones de holgura en la economía.
Ante la presencia y posible persistencia de factores que impliquen un riesgo para la inflación y sus expectativas, la política monetaria se ajustará de manera oportuna y firme para lograr la convergencia de ésta a su objetivo de 3 por ciento, así como para fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación a mediano y largo plazos para alcanzar esta meta.
Advirtió que la evolución esperada de la inflación continúa sujeta a riesgos y a una marcada incertidumbre externa.
Al respecto, si la economía requiere un ajuste del tipo de cambio real, el Banco de México estará atento a que éste se dé de manera ordenada y sin provocar efectos de segundo orden sobre el proceso de formación de precios.