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El Nobel literario, sin anuncio por primera vez desde 1949
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de octubre de 2018, p. 3

Estocolmo. Por primera vez desde 1949, ayer no sonaron las trompetas que anuncian al ganador del Premio Nobel de Literatura, concedido cada año por la Academia Sueca.

Tradicionalmente, el nombre del galardonado lo difunde el secretario vitalicio de la Academia el primer jueves de octubre en la Casa de la Bolsa, en la ciudad vieja de la capital sueca. El anuncio se retransmite en directo por la televisión sueca al mundo.

Los autores que figuran en las apuestas –a menudo equívocas– esperan ansiosos, pendientes del teléfono, a la llamada de la Academia, mientras sus editores preparan el aprovisionamiento de las librerías y la famosa solapa de la tapa con el título ‘‘Premio Nobel’’.

Pero este 2018, no es así.

En contraste, la institución efectuó una reunión de crisis ayer para abordar la posible salida de Katarina Frostenson, reportó el periódico sueco Expressen.

Al concluir la asamblea, el secretario permanente interino Anders Olsson anunció que tuvieron gran avance y aguardan nuevos sucesos esta semana. ‘‘Esperamos el mensaje del rey. Tiene que aprobarlo todo formalmente”, reportó el diario.

Mientras ese cuerpo colegiado deliberaba en el edificio de la Bolsa, la ex secretaria permanente Sara Danius recibió el Premio Eva Moberg de la Asociación Fredrika Bremer, que reconoce a personas que han destacado en temas de igualdad, derechos humanos, paz y medio ambiente.

En su discurso, Danius describió la crisis dentro de la Academia Sueca como una ‘‘enfermedad crónica. Pero podemos esperar que haya una cura con el tiempo”.

Añadió: ‘‘Cuando ocurra, creo que podemos esperar más integrantes femeninos y más ganadoras del Nobel de Literatura por una razón simple: no porque haya quienes piensen que debe haber una cuota, sino porque hay escritores con gran capacidad que son mujeres”.

La especialista en literatura francesa dijo que no la habrían tratado de la misma manera si fuera hombre. ‘‘Es muy, muy difícil imaginar que un secretario permanente masculino hubiese sido despedido’’.

Día de la verdad

‘‘Quizás perderemos al menos 500 mil coronas (unos 50 mil euros, unos 55 mil dólares) con esta historia, es nuestro volumen de negocios habitual del Nobel”, dijo Nicklas Björkholm, jefe de la librería independiente Hedengrens de Estocolmo. ‘‘El año pasado (con Kazuo Ishiguro) vendimos miles y miles de ejemplares en inglés, en sueco, en francés, en todas las lenguas’’.

La Academia anunció el pasado mayo que el premio se posponía un año, después de que salió a la luz el escándalo de agresión sexual de un francés cercano a la institución y casado con una de sus integrantes, en plena tormenta #MeToo.

La Academia quedó en pedazos como consecuencia de la gestión de la crisis, ante la partida de varios de sus titulares, lo que la privó de quórum para sesionar.

A falta de premio, los académicos aún activos se reunieron ayer antes de la tradicional cena semanal en un restaurante de la ciudad vieja.

Algunos esperaban elegir nuevos miembros, condición indispensable para abordar la concesión del Nobel y seleccionar a los dos ganadores que se anunciarán en 2019.

Este ‘‘día de la verdad’’, como describe la prensa sueca, también podría definir el destino de Frostenson, esposa de Jean-Claude Arnault, el francés de 72 años condenado esta semana a dos años de prisión por una violación cometida en 2011 que salió a la luz en noviembre de 2017 a raíz del movimiento #MeToo.

La pareja poseía un club cultural alternativo que recibía generosos subsidios de la Academia.

Según el diario Dagens Nyheter, el rey Carlos XVI Gustavo, padrino de la Academia, y la Fundación Nobel exigen la partida de Katarina Frostenson.

El presidente de la Fundación Nobel, Lars Heikensten, dijo la semana pasada que esperaba que los académicos ‘‘sean capaces de resolver sus problemas’’ lo antes posible para restablecer la credibilidad del Nobel de Literatura.

Ante la ausencia del galardón literario, la atención esta puesta este año más que ningún otro en el Nobel de la Paz, que se anuncia en Oslo este viernes.