El zar de la limpieza
no de los graves problemas de corrupción que se presentó durante este sexenio es el manejo discrecional de los contratos de servicio del gobierno con empresas privadas. Hay personas que se volvieron multimillonarias al entregar bienes y servicios al gobierno con sobreprecios y sin contar con los mínimos niveles de calidad.
Un caso concreto es el de los servicios de limpieza, en el cual Marco Antonio Reyes Saldívar se convirtió en el Zar de la limpieza. Esta persona, que controla Reisco, Kasper, Quadrum, Claver y Mer Solutions, monopoliza los contratos en la Cámara de Diputados, de acuerdo con una investigación del grupo parlamentario de Morena, gracias a la cual algunos funcionarios públicos pueden terminar en la cárcel. Se menciona a José Manuel Aboytes y a Manuel Álvarez Lerma como probables responsables. También se sabe que el Zar de la limpieza tiene acuerdos con funcionarios del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, la Lotería Nacional, el Conalep, el Sistema de Transporte Colectivo Metro, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, Caminos y Puentes Federales, la Secretaría de Cultura y la Sedesol. Otro caso que ya se investiga es el del Politécnico, donde se dice que maneja precios fuera de mercado, no paga los impuestos correspondientes y no registra a todos los trabajadores ante el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Se sabe que este empresario está vinculado a funcionarios del PRI y en la Ciudad de México del PRD, lo cual estudia la bancada de Morena, para evitar que se renueven los contratos y se repitan los malos manejos en su administración.
Por desgracia, los ejemplos de la Casa Blanca y demás robos en despoblado de altos funcionarios permeó hasta los niveles administrativos de menor nivel. En algunos casos la corrupción comienza por las cabezas y, en otros, se presenta en el último eslabón, en aquel que manipula los procesos de contratación.
En los servicios de limpieza el problema va más allá del robo, además se explota a trabajadores al otorgarles salarios mínimos sin las prestaciones correspondientes y al duplicarles la carga de trabajo, ya que les exigen que laboren el doble por el mismo salario para que la empresa obtenga ganancias extraordinarias.
Por fortuna, la administración actual está a punto de terminar y hay un compromiso del nuevo gobierno de acabar con estos perversos mecanismos en la contratación de servicios que brindan empresas privadas deshonestas.