El lago Nabor Carrillo, en el municipio mexiquense de Texcoco y ubicado a unos ocho kilómetros de las pistas del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), no se secará, ya que es uno de los cuerpos de agua para la regulación del líquido del valle de México, sobre todo en temporada de lluvias, y a lo largo del año mantendrá un espejo constante, señaló Antonio Juárez, director del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, dependiente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Este cuerpo de agua se encuentra frente al sitio donde se realizan los trabajos del proyecto aeroportuario; los separa la carretera Peñón-Texcoco. En esa zona se hicieron obras para captar el agua de los ríos del oriente que descargaban en las lagunas de regulación Xalapango y Texcoco Norte, ubicadas dentro de los terrenos del NAIM y dejaron de utilizarse desde hace dos años.

El agua de esos cauces se conecta en un canal –cuyo costo fue de 320 millones de pesos– y las conduce desde la carretera, en una línea de 4.8 kilómetros, hasta un punto frente al lago, donde se pueden desvíar a la laguna –que opera desde 2016–, se mandan al dren Chimalhuacán I, y si las avenidas son muy grandes se canalizan al lago, explicó Juárez.

Aseguró que estas obras son parte del antiguo Plan Lago de Texcoco, que por cuestiones financieras no habían avanzado, pero se retomaron en los años recientes, no necesariamente por el nuevo aeropuerto.

En estos días el lago, con una extensión de 917 hectáreas, se encuentra lleno en dos terceras partes y aún tiene capacidad de captar 10 millones de metros cúbicos. Se observan algunas aves en la zona, la mayoría comienza a llegar a finales de octubre, y hay camiones en constante movimiento que llevan material para hacer los bordos de la Laguna 2.

El proyecto contempla para la regulación de las aguas, además del lago, otras cinco lagunas, que se harán paulatinamente. Actualmente opera la 1, con capacidad de almacenar un millón de metros cúbicos, misma cantidad que regulaban las antiguas lagunas, precisó.

El Nabor Carrillo no está lleno, porque si esto fuera así, ¿dónde metemos el agua? No hay forma. Esto pasa con todos los sitios de regulación en todo el país. Así tenemos un sitio para control de avenidas, hay que bajar los niveles para temporadas de lluvias, para que, si hay mucha precipitación, se meta ahí. Y cuando pasa la lluvia, se saca para estar listos para el siguiente día.

En el periodo de estiaje, la cantidad del agua del lago dependerá de la que haya disponible y que garantice su vocación, sobre todo tener la humedad en la región. El lago no se está secando, está en esta condición para tener los niveles apropiados de agua para almacenar cuando sea necesario.

Durante el recorrido, detalló que las aguas residuales se quedan en el fondo del canal, por lo cual no alcanzan a entrar al lago en periodo de lluvias. El lago no está seco en periodo de estiaje. Desde que se hizo se pensó como laguna de regulación, que aportara humedad a la región y que en lluvias regulara el agua.