Camas separadas es el segundo disco de Daniela Espalla, cantante argentina quien tiene un lustro de radicar en México.

Es una mujer sensible, de hablar tranquilo y gustos acordes a su personalidad. Un domingo con mi familia comiendo asado; caminar para terminar una letra y, por supuesto, el escenario, allí hay un punto donde a veces hasta me da un poco de miedo, porque siento que me estoy yendo; es como un tobogán en acción donde voy libre, sin pensar en cosa terrenales. El escenario es una experiencia única.

Agrega: “Mi primer recuerdo con la música y el escenario es cantando canciones de Valeria Lynch. Mi papá tenía esos casets; yo tenía cuatro/cinco años y me levantaba en la mañana, me ponía vestidos –mi mamá me regañaba porque los vestidos para ir a los cumpleaños me los ponía todos los días– y me iba a la sala que tenía como un desnivel. Me paraba en la parte de más arriba y le cantaba a los sofás vacíos… pero para mí estaban llenos”.

El tango es la nostalgia pura

Esa amor por el proscenio le provocó la búsqueda de diferentes horizontes y hace cinco años llegó al país con su primera producción y una lista de canciones sin grabar. “Todas son canciones románticas, muy melancólicas, producto de una gran introspección. He relatado más el lado del desamor que del amor. En este disco –Camas separadas– la canción Pinamar sí habla de una historia de amor. Pero casi nunca he hablado en presente, siempre hablo del amor en pasado. Y ahí está, otra vez, esa melancolía; tal vez por venir de un país donde la melancolía es todo. El tango en Argentina es la nostalgia pura.”

Camas separadas ya tiene un sencillo rotando en diferentes plataformas. Daniela aclara “La canción es Volverás. Es muy loco: la gente me comenta sobre este tema, pero también sobre Viaje a la Luna. No sé si hacer una encuesta en redes. A mí me gusta mucho Volverás, que en el coro dice ‘Volverás/ Para abrazarnos en un último espiral/ Luego soltarnos a la inmensidad /Tú volverás, tu volverás’.

Con esta frase, que es justo el coro, a mí se me viene la imagen de dos personas que vienen corriendo, se abrazan y entran a una cosa centrífuga y después... ¡fuumm! Salen volando cada una para su lado. No sólo en esta canción, sino en general, y en mi caso, escribir me sirve de terapia; entonces, cuando hay cosas que me tienen un poquito conflictuada, una manera de resolverlas, o de empezar a resolverlas... o al menos de reconocerlas es, escribiéndolas.

Con el disco circulando en todas las plataformas y también de manera física, la pregunta obligada es ¿y ahora, qué sigue?, a lo que la autora de Vete de una vez responde: “Un show en El Lunario el próximo 30 de noviembre para celebrar todo este trabajo, que es hacer un disco y también, toda esta relación que he ido construyendo con el público de acá por los sencillos que fui sacando de a poco; porque en un principio, yo iba a sacar el disco de manera independiente, entonces empecé a sacar canciones y a través de esos lanzamientos fui conociendo mucha gente y esa gente fue conociendo mi música.

“Entonces, lo de El Lunario es celebrar todo ese proceso de conocernos y poder vernos. Estará mi banda de cuatro músicos –probablemente meta uno más porque en el disco hay mucha percusión y estaría bueno que la percusión vaya en vivo. El concierto está dedicado a mis seguidores y a mi papá, que era muy fan de estas canciones; no llegó a escucharlas todas porque murió, pero empezó a oír las primeras que escribí. ‘Me gusta, me gusta’, me decía.”