Una población maltratada, quebrantada y dolida por grandes proyectos que se hicieron y no fueron para beneficio de la comunidad, así como altas cifras de incidencia delictiva y jóvenes sin expectativa, es el panorama de la demarcación de Magdalena Contreras para Patricia Ortiz Couturier, quien el primero de octubre se convertirá en la alcaldesa más joven de la Ciudad de México.

A sus 30 años quedará al frente de un territorio donde la violencia de género es muy marcada. Pese a ello, asume los retos sin promesas por adelantado. Asegura que trabajará ante todo con claridad: el lugar de los contrerenses se cuidará. Me interesa ser profesional, que la gente esté preparada. Hay una altísima expectativa y somos un gobierno con mucha legitimidad; entonces, tenemos la responsabilidad de estar a la altura de los retos.

Reconoce que será difícil porque fueron muchos años de maltrato. Y “lo que no se había visto: en Magdalena Contreras a la gente no le importa otra cosa que no sea la seguridad. Me decían ahorita: ‘con que ataques la inseguridad, lo demás no nos importa’”.

En entrevista, la ex dirigente de jóvenes de Morena expone que hay asaltos, robos en domicilios, asesinatos, violaciones y un tema gravísimo de violencia de género y contra la mujer. Refiere que de acuerdo con un diagnóstico que elaboró un grupo de especialistas en seguridad, en los pasados 18 meses mataron en Contreras a 700 personas.

No obstante, con las nuevas facultades del cambio político que significará ahora estar al frente de una alcaldía, Patricia Ortiz expone que su participación en seguridad será de coordinación con el gobierno que encabezará Claudia Sheinbaum.

No obstante, manifiesta que un problema grave es la corrupción en la Secretaría de Seguridad Pública. Nos lo dice la gente; hay mucho temor en colonias donde a partir de las seis de la tarde o siete de la noche la gente ya no sale, y menciona como ejemplo Las Cruces, Malinche, San Bernabé, Cuauhtémoc, las zonas altas de San Nicolás y Tierra Colorada, que es como tierra de nadie. Los vecinos saben que los policías cuidan al delincuente.

Sobre los retos que enfrentará, precisa que estarán más claros una vez que tome posesión de la alcaldía; por ello, prefiere no adelantarse porque deberá revisar el presupuesto y las demandas para cumplir con lo que realmente se puede hacer.

Pero de lo que sí está segura es de reinsertar a los jóvenes a su comunidad, que sean parte de las decisiones, de la creación de una cultura de la paz mediante la prevención del delito y acabar con esta forma corporativa y clientelar de hacer política y de como habían funcionado muchas de las administraciones pasadas, que hicieron muchísimo daño a Contreras.

Para Patricia Ortiz, ser la alcaldesa más joven también implica un reto generacional, con cosas básicas como regresar el sentido humano a la política y que se acabe esa distancia enorme entre la gente y un gobernante.