Miércoles 19 de septiembre de 2018, p. 42
La escuela primaria Gabino Vásquez, ubicada en el centro de la comunidad San Miguel Tecomatlán de este municipio del sur del estado de México, es uno de los 4 mil 909 planteles que resultaron dañados por el sismo del 19 de septiembre de 2017. Un año después, más de 450 de sus alumnos aún toman clases en aulas temporales colocadas donde estaban las canchas deportivas.
Según la Secretaría de Educación estatal, a la fecha 114 escuelas imparten clases en aulas provisionales, lo que equivale a más de 60 mil alumnos en estas condiciones.
Samuel Ávila, director de la primaria Gabino Vásquez, aseguró que estudiar en tales instalaciones es ‘‘complicado’’. A muchos padres ‘‘les incomoda’’ y prefieren llevar a sus hijos a otras escuelas. De un año a otro, la matrícula en su plantel bajó de 530 a 450 alumnos, poco más de 15 por ciento.
Recordó que el pasado 7 de octubre el gobernador Alfredo del Mazo Maza le prometió que la primaria estaría en pie en no más de cuatro meses, pero prevé que la construcción de la nueva escuela tardará al menos un año más, pues apenas lleva 20 por ciento de avance.
Sin embargo, desde hace días las obras están paradas y la constructora ‘‘dice que el gobierno no le ha pagado’’, relató Vásquez.
El gobierno estatal reportó que de los 4 mil 909 planteles afectados ya fueron rehabilitados 2 mil 138 que padecieron daño parcial y mil 735 que sufrieron desperfectos menores. En 35 escuelas el daño fue estructural y se demolieron para ser reconstruidas.
En un principio se instalaron casi 800 aulas temporales para que los niños pudieran regresar a clases. Estas instalaciones no fueron suficientes, por lo que algunos directores buscaron apoyo de asociaciones civiles.
La Gabino Vásquez sólo recibió 10 aulas para 14 grupos, pero gracias a gestiones de maestros y padres de familia se consiguieron cuatro más. Asimismo, una agrupación civil donó a la secundaria Jaime Nunó dos aulas, que se sumaron a las seis que les proporcionó el gobierno estatal.
Dar clase en estas estructuras tiene inconvenientes, dijeron profesores. Si llueve se filtra el agua, y con una tormenta se anegan. En primavera y verano el calor es insoportable y adormece a los niños.
La Secretaría de Educación mexiquense estima que reconstruir los planteles demolidos llevará por lo menos este curso escolar, pero prometió que el resto de las rehabilitaciones terminarán a más tardar en mayo de 2019.
A la fecha se han invertido más de 5 mil millones de pesos de recursos federales y estatales en la reparación y construcción de las escuelas dañadas; sin embargo, la dependencia calcula que se requiere de una cifra similar para concluir los trabajos.