La experta Maya Segarra Lagunes pide estudiar los recintos ‘‘a fondo para entenderlos e intervenirlos’’
Miércoles 19 de septiembre de 2018, p. 3
La restauración de inmuebles del patrimonio cultural, como los dañados por los sismos de septiembre de 2017, requiere ‘‘estudiarlos a fondo para entenderlos e intervenirlos de forma mesurada” con materiales y técnicas tradicionales, sostiene Maya Segarra Lagunes, quien colabora en proyectos de intervención en seis templos afectados.
En Italia, a partir de los años 80 y 90 del siglo pasado se comenzó a constatar daños en restauraciones que se habían desarrollado media centuria antes con materiales modernos como concreto armado, cemento y aceros, refiere Segarra Lagunes, doctora en historia y conservación del objeto de arte y arquitectura por la Universidad Roma III, en charla con La Jornada.
Después de varios sismos en Italia en 1976, 1979 y 1980, se vio que ‘‘esas intervenciones no habían sido tan benéficas como se pensaba. Y comenzó a surgir una corriente que planteaba un abordaje diferente”, explica la integrante de Icomos México.
Los monumentos preservan la memoria
Maya Segarra (CDMX, 1958) menciona que ‘‘los monumentos son los elementos más representativos de la identidad de cada lugar. Si sustituimos en ellos algo, muchas veces vamos a perder esa memoria con la cual se está identificado. La misión de un restaurador y un arquitecto que trabajan en el patrimonio debe ser, según un pensador italiano, ‘maximizar las prexistencias’”.
Añade: ‘‘Vaya usted a Roma y vea cualquier edificio empezando por el panteón de Agripa, los acueductos, Villa Adriana, el Palatino y el Foro Romano. Analice esos morteros de cal y arena volcánica que han resistido 2 mil años. Cuando las cosas están bien hechas, claro que resisten y son técnicas tradicionales.”
La Universidad Roma III respondió a un llamado de la Secretaría de Cultura federal a finales de 2017 para colaborar con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la restauración de monumentos afectados por los sismos de septiembre de ese año.
El equipo multidisciplinario enviado incluye a la especialista en restauración, un ingeniero estructural, un profesor de tecnología y técnica, uno de composición arquitectónica y uno de dibujo y levantamiento, así como estudiantes de esa institución educativa italiana.
‘‘Lo más importante es estudiar y conocer a fondo el edificio, su historia y reparaciones para tratar de entender por qué tuvo ese fallo y sólo en ese caso intervenir de manera mesurada.”
Trabajos en el convento de Tlayacapan, Morelos
El grupo colaborará, en diversos grados, en proyectos de restauración de inmuebles localizados en los alrededores del Popocatépetl: los conventos morelenses de Zacualpan de Amilpas y Tetela del Volcán, inscritos en la lista de patrimonio mundial; la capilla de la Gualupita, en el Sacromonte de Amecameca, y la parroquia de Ecatzingo, inmuebles del estado de México ‘‘muy dañados por colapsos significativos”; y en la parroquia de Jantetelco y el convento de Tlayacapan, Morelos.
Maya Segarra aclara: ‘‘No es nuestra misión venir a dar clase a nadie ni enseñar nada. Aquí hay muchos técnicos y gente muy preparada. Simplemente queremos ofrecer nuestro punto de vista y nuestra forma de intervenir en los edificios, un método que en Italia es seguido por buena parte del Ministerio de la Cultura y por muchos profesores de restauración.”
Destaca la importancia de ‘‘conservar como patrimonio inmaterial en México la calidad de la mano de obra que todavía es capaz de realizar trabajos artesanales de altísima calidad. Se debe valorizar y emplear esos obreros y artesanos para que se vayan adiestrando y perfeccionando en estas labores que requieren mucha paciencia y delicadeza”.
