Lunes 17 de septiembre de 2018, p. 20
La Arquidiócesis de México llamó ayer a la sociedad a continuar apoyando a los damnificados por los sismos de los días 7 y 19 de septiembre del año pasado, hasta ver reconstruido el último rincón de los territorios afectados. ¡No bajemos el puño que levantamos alto, muy alto, hace un año!
En el semanario Desde la fe, en su editorial titulado Mantengamos el puño alto
, la Iglesia lamentó que, a pesar de las labores de reconstrucción en las entidades golpeadas por ambos sismos, “muchas de las comunidades periféricas y con mayores necesidades en Puebla, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Ciudad de México muestran un escenario que sigue siendo una fotografía de aquellos días… tal parece que en esas zonas el terremoto se hubiera registrado ayer y continuara la fase de emergencia”.
En esas comunidades aún hay viviendas derrumbadas, construcciones inhabitables aún sin demoler, escuelas afectadas y sistemas de drenaje inservibles, entre otras desgracias, agregó.
En la publicación se resalta que dichos sismos se seguirán sintiendo mientras no se levante el último escombro, mientras siga una sola familia viviendo en un campamente improvisado, mientras haya un grupo de niños tomando clases bajo árboles o carpas y mientras continúe habiendo hambre o escasez de agua en la comunidad más alejada
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Cae paulatinamente el ánimo por ayudar
La Arquidiócesis hace notar que un año después de esos días trágicos, el primer impulso de ayuda ha ido palideciendo de manera paulatina, pero no las necesidades de muchos mexicanos, hermanos nuestros que con seguridad deben estar sintiendo ahora el peso del abandono
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El editorial recuerda que hace un año elevamos la promesa de no detener la ayuda a los damnificados del 7 y 19 de septiembre hasta ver reconstruido el último rincón afectado en el país
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El semanario detalla que tras los sismos del año pasado la Conferencia del Episcopado Mexicano contabilizó mil 850 inmuebles históricos –administrados por la Iglesia– con daños, y el reporte que ofreció el Instituto Nacional de Antropología e Historia refiere que en total quedaron dañados 2 mil 342 inmuebles, la mayoría de origen religioso, en más de 400 municipios de 11 estados.
Se prevé que para diciembre próximo se entregarán entre 800 y mil templos a escala nacional ya restaurados, y el resto quedarán habilitados a más tardar en 2020.