l 19 de abril anterior Cuba estrenó presidente: Miguel Días-Canel, quien entre los primeros pronunciamientos que hizo fue anunciar que avanzaría en la actualización del modelo económico de la isla, lo que –dijo días después– no implicaría terapias de choque que sólo afectan a los más necesitados.Con todo, a lo largo de la década reciente la economía isleña no ha dejado de crecer, aunque de forma modesta (alrededor de 2.6 por ciento como promedio anual en ese periodo, frente a 2.1 por ciento de la mexicana). Aunque la isla no está en jauja, muy lejanos están aquellos tiempos del llamado periodo especial (década de los 90), cuando el comercio exterior cubano se desplomó 80 por ciento (dado el derrumbe del bloque socialista y, sobre todo de la Unión Soviética) y su producto interno bruto registró caída libre.

A estas alturas, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal, de la que se toma la siguiente información) en 2018 la economía cubana crecería 1.5 por ciento, impulsada por un mejor desempeño de la actividad agropecuaria no azucarera, cierto dinamismo de la actividad turística, así como el consecutivo impulso fiscal vinculado a la inversión en infraestructura y a la reconstrucción de daños causados por fenómenos meteorológicos.La inflaciónse mantendrá estable ante la expectativa de que persistan los esfuerzos orientados a controlar los precios de ciertos productos estratégicos.

Respecto de la orientación de las políticas públicas, a mediano plazo seguirán encauzadas por la aplicación de los Lineamientos de política económica y social del partido y la Revolución, adoptados por la Asamblea Nacional en junio de 2017. En ellos se contempla una economía dominada por empresas estatales, que cada vez gozan de más autonomía operativa, al tiempo que se reconoce en forma explícita el papel de formas de producción no estatales, entre las que se destacan las cooperativas y los trabajadores por cuenta propia. Además, se prioriza la atracción de inversión extranjera directa y el ordenamiento del sistema monetario, pues ahora conviven dos monedas de curso legal.

De acuerdo con cifras oficiales, en 2017 la economía cubana habría crecido 1.6 por ciento frente a 0.5 por ciento en 2016, impulsada por un robusto crecimiento de la actividad turística, así como por un buen desempeño de la producción agrícola y la construcción. Ese año la economía cubana se vio duramente afectada por el impacto del huracán Irma, cuyos daños se estiman por alrededor de 13 mil millones de pesos. También fue perjudicada por el recrudecimiento del bloqueo económico estadunidense, así como por la continua crisis que enfrenta Venezuela, el principal socio comercial del país.

Las cifras disponibles apuntan hacia una mejora del sector externo en 2017, donde al dinamismo de las exportaciones de servicios se sumó un entorno favorable de precios de exportaciones de algunos bienes, así como una desaceleración de las importaciones, que estuvieron muy condicionadas por la disponibilidad de divisas. Respecto de las finanzas públicas, el gran impulso fiscal se explica por el esfuerzo para promover exportaciones y sustituir las importaciones de alimentos, así como por una aceleración de la inversión en infraestructura.

El crecimiento ha sido afectado por la desaceleración en la llegada de visitantes, principalmente desde Estados Unidos, dadas las restricciones impuestas por Trump, la fuerte contracción en la producción azucarera, así como el impacto de eventos meteorológicos como la prolongada sequía y la tormenta tropical Alberto en mayo.

Las rebanadas del pastel

De acuerdo con información de Cubadebate, Argentina produce alimentos en un volumen 10 veces mayor al consumo interno, pero con Mauricio Macri (más recetas neoliberales = mayor pobreza) el índice de hambre en la nación sudamericana crece a paso veloz

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