Alrededor de 150 mil metros cúbicos de cascajo han sido tirados en suelo de conservación del paraje Tempiluli, ubicado en los límites de Xochimilco y Tláhuac, con la anuencia de dueños de terrenos que permiten a agrupaciones y particulares depositar ahí desechos de demoliciones; incluso se ha detectado la presencia de personas armadas para vigilar que las autoridades no se acerquen.

Es un área complicada, desde que te vas acercando detectan quién eres y te sacan con lujo de violencia y armas. Es una práctica a la que diario se enfrenta el personal que acude, explica Roberto Sanciprián Plata, director de vigilancia ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente local.

Explicó que ya se ha hablado con los propietarios y que también hay supervisión ambiental en la zona; sin embargo, continúan con estas malas prácticas.

Al hacer un sobrevuelo en esa zona, el jefe de Gobierno de Ciudad de México, José Ramón Amieva Gálvez, observó que había una gran afectación en la zona de conservación ecológica, por lo que de inmediato ordenó a titulares de las secretarías de Medio Ambiente y Seguridad Pública establecer un cerco en las principales vías de acceso a Tempiluli para impedir que se tire cascajo ahí.

A partir del cerco disminuyó de 70 a 80 por ciento el tiro de cascajo, tenemos presencia física alrededor de la zona, porque no podemos entrar, y cuando un camión se acerca se denuncia a Seguridad Pública.

Sanciprián Plata señaló que no sabe cuánto cobran por cada camión que entra a tirar el cascajo, el cual puede venir de cualquier obra en Ciudad de México, estado de México o de otras partes.

Asegura que cuando logran detectar a quien lo hace se detiene en flagrancia a los conductores de los camiones y son llevados a la Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales y Protección Urbana de la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México, en donde se han presentado siete denuncias.

El director de vigilancia ambiental considera que no se requiere incrementar las sanciones, sino aplicarlas: por tirar cascajo en suelo de conservación la pena es de tres a nueve años de prisión y mil a 5 mil días de multa.

La Jornada publicó en mayo pasado que pobladores de Xochimilco señalaron que son varios problemas que han ocasionado el deterioro del suelo de conservación, una de ellas es el nulo apoyo al campo en Ciudad de México, ya que sólo se otorgan mil 600 pesos al mes por los servicios ambientales, por lo que resulta a los dueños más redituable permitir que sus terrenos se conviertan en cementerio de cascajo.

Estimaron que, en el caso del área natural protegida que colinda con San Gregorio Atlapulco, por cada camión que descarga pagan 100 pesos, y al día entran al menos un centenar.