En el contexto de la epidemia de adicción a la heroína en Estados Unidos cada día mueren 135 personas por sobredosis. En México, de 2012 a 2017, la superficie cultivada de amapola se cuadruplicó: creció de 10 mil 500 a 44 mil hectáreas, y la producción de opio aumentó en ese periodo de 30 mil a 111 mil toneladas. Esto coloca la política oficial contra las drogas del país en un fuego cruzado.

El futuro embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Juan Ramón de la Fuente, señala: Como médico, no puedo decir que las drogas no hacen daño. Pero el daño que hacen las drogas reguladas y legalizadas es proporcionalmente mucho menor al que ha hecho a este país el prohibicionismo.

Sostiene, en entrevista con este diario, que no sólo la mariguana sino todas las drogas deben legalizarse. En el caso de la cannabis, dice que México está absurdamente rezagado ya que hace tiempo se debió haber despenalizado.

Considera necesario legalizar la producción de la amapola –la gallina de los huevos de oro del crimen organizado– y para ello no hay un modelo prestablecido.

Para los problemas de violencia y lavado de dinero que generan la producción y el mercado ilegal debemos encontrar la solución mexicana, un modelo propio.

–¿México puede ser factor para que Estados Unidos enfrente su problema con la heroína?

–México es el factor. La mayor parte de la heroína que consumen viene de México. La cantidad de estadunidenses muertos por sobredosis de opioides supera a la de personas que murieron por la epidemia del VIH-Sida antes de que aparecieran los medicamentos.

Por eso urge que México reformule toda su política al respecto, teniendo cuidado para no adelantarnos sin tener un acuerdo previo con ellos. En Estados Unidos, es el único tema de política pública que une a republicanos y demócratas.

–¿Cuáles son las directrices de los organismos de la ONU?

–Son muy claras en la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes. Hay que distinguir entre opiáceos (derivados naturales con los que se elaboran medicamentos) y opioides (sintéticos, principalmente heroína y fentanyl). De los primeros, autoriza que ciertos países produzcan amapola con fines medicinales, no ilegales. Por tanto, sí existe la posibilidad de que México pueda sembrar amapola. Los opioides son los que provocan la epidemia.