Martes 7 de agosto de 2018, p. a10
En 2016 Marcela Ríos estaba a punto del retiro y no quería saber nada del polo acuático. Su estado anímico estaba por los suelos. Había perdido a su abuela en un accidente automovilístico cuando viajaban a Houston y ella tenía una fractura en tibia y peroné.
La regiomontana no aceptaba que a un mes de haber ganado la Copa de la Reina y el Campeonato Europeo con el equipo de Barcelona pasara por una situación difícil y angustiosa. Estaba muy deprimida
, cuenta la defensa de 23 años, de ojos claros, alta y brazos bien marcados, ganadora del bronce centroamericano con el equipo femenil en Barranquilla.
Un año de duelo y tristeza pasó la estudiante de arquitectura de la Universidad Autonóma de Nuevo León. No daba crédito que tras haber logrado ser la primera mexicana en abrir camino en el waterpolo femenil profesional con el equipo Mataro, las ilusiones y los sueños se desvanecieran.
Hasta que un día volví a creer en mí y estoy de vuelta
, platica la central, quien tiene en su haber otra presea con la plata que el equipo mexicano ganó en el clasificatorio a los Centroamericanos.
En México, el polo acuático femenil no ha tenido avances. Se ha intentado hacer alguna liga, pero sin tener eco. Quienes lo practican prefieren irse a Estados Unidos. Así lo hizo Marcela desde que regresó del viejo continente.
Con el bronce regional la waterpolista señala: subimos un escalón y fue complicado, porque nos preparamos para el oro
. Se tiene que trabajar más, agrega, porque en los Panamericanos de Lima 2019, con las estadunidenses (campeonas olímpicas) sólo se entregarán dos lugares para la justa de Tokio 2020 y el Premundial.
En cuanto al crecimiento femenil general, comenta que se han dado grandes avances y que las mujeres cada vez están más preparadas.