Elevar en 600 mil barriles diarios la producción nacional de crudo en sólo dos años no resulta realista, ni siquiera si se hace por medio de asociaciones con empresas privadas, afirman especialistas de BBVA Bancomer.

En un análisis sobre las cuatro propuestas energéticas presentadas por la próxima administración, señalan que prácticamente resulta imposible llevar las seis refinerías que tiene el país a operar al ciento por ciento de su capacidad, debido a los trabajos de mantenimiento general que se hacen cada año y a que es difícil eliminar por completo las incidencias que pudieran presentarse, como los sismos y huracanes.

En un análisis, explican que el incremento en la inversión de Pemex en exploración y perforación (de 75 mil millones de pesos, según la propuesta del nuevo gobierno) es necesario para descubrir nuevos yacimientos, pero sería deseable que la empresa aproveche los nuevos esquemas de asociación con particulares, sobre todo en aguas profundas.

El documento elaborado por los especialistas Arnulfo Rodríguez y Carlos Serrano, indica que la reconfiguración de las refinerías –para lo cual se destinarían 49 mil millones de pesos– debería ir acompañada por una mayor eficiencia en costos laborales, en particular por la reducción del presupuesto al sindicato.

En nuestra opinión, la carga de la nómina del sindicato, más el robo de combustibles y problemas de corrupción en Pemex han sido las fuentes más relevantes de pérdidas financieras en dicha empresa durante estos últimos años de mayores precios del petróleo.

Agrega que según un informe de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), Pemex perdió en el proceso de refinación más de 100 mil millones de pesos cada año entre 2010 y 2015. Desde el punto de vista económico no parece ser una buena decisión invertir 49 mil millones de pesos en una actividad que pierde más de 100 mil millones de pesos al año, particularmente al considerar que se podría importar la gasolina a menores precios.

Sobre la propuesta de construir una nueva refinería, consideran que se trata de un costo relativamente elevado que podría presionar las finanzas públicas y el perfil crediticio de Pemex; sin embargo, afirman que habría que esperar al próximo plan de negocios de la empresa para conocer cómo se financiará esa planta y si se quiere hacer una inyección de capital para tal efecto.

Los analistas de Bancomer consideran positiva la propuesta de modernizar las plantas hidroeléctricas, pues embona muy bien dentro de la meta nacional de generar por lo menos 35 por ciento de la electricidad en el país con fuentes no fósiles para 2024, además de que no entra en conflicto con los nuevos proyectos eólicos o solares de generación de electricidad en la que empresas privadas han realizado fuertes inversiones antes y después de las subastas de electricidad.

Las propuestas energéticas representarían un costo de 0.8 por ciento del producto interno bruto a ser financiado en el presupuesto de 2019. Eso implicará un reto adicional para lograr un superávit el próximo año.