Joven brasileña, entre las víctimas
Innegable
, que el gobierno de Ortega patrocina
la violencia en su país: vicepresidente de EU
Miércoles 25 de julio de 2018, p. 28
Managua
Al menos ocho personas murieron, entre ellas una estudiante brasileña, y 25 resultaron heridas en ataques armados en distintas zonas de Nicaragua, informaron este martes organismos de derechos humanos independientes. El movimiento estudiantil que lidera las protestas antigubernamentales condicionó su regreso al diálogo nacional al cese de la persecución de opositores y a la disolución y desarme de grupos paramilitares.
La violencia política cobró la vida de ocho personas la noche del lunes, entre ellas, la de la estudiante brasileña, Raynéia Lima, de 32 años, quien fue asesinada por paramilitares que tienen toma- da la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) desde el 13 de julio.
Su novio informó que a alrededor de las 23 horas él en su auto y ella en el suyo circulaban cerca de la UNAN y entonces rafaguearon el carro de su novia... La llevó de urgencia al hospital, pero las balas habían alcanzado su corazón, su páncreas e hígado. No pudo resistir
, notificó a la prensa Ernesto Medina, rector de la Universidad Americana de Managua.
El gobierno de Brasil envió sus condolencias por la muerte de su connacional y condenó la profundización de la represión
en Nicaragua, al tiempo que la cancillería expresó su profunda indignación
ante lo sucedido y aseguró en un comunicado que busca que el gobierno del presidente Daniel Ortega clarifique lo ocurrido.
Ante las recientes muertes y ataques armados contra civiles, el rector y miembro de la opositora Alianza Cívica, Ernesto Medina, subrayó que “no podemos volver al diálogo nacional si no se cumplen estas condiciones mínimas, porque los jóvenes siguen siendo perseguidos y secuestrados.
Hemos planteado que esta persecución ilegal e injusta debe cesar de inmediato y que el gobierno debe disolver y desarmar a los paramilitares
, indicó Medina. Señaló que los paramilitares son hoy por hoy la base del poder de Ortega
.
El gobierno de Brasil llamó a consultas a su embajador en Nicaragua, Luis Claudio Villafañe Gomes Santos, tras la muerte a tiros de una estudiante brasileña a manos supuestamente de fuerzas paramilitares.
La muerte de Raynéia Lima, motivó también que la cancillería convocara a la embajadora de Nicaragua en Brasilia, Lorena del Carmen Martínez, para dar su versión de los hechos, ocurridos en el marco de las protestas que sacuden al país centroamericano.
Lo anterior ocurre horas después de que el mandatario ofreciera su primera entrevista en nueve años a un medio independiente, en esta ocasión a la cadena estadunidense Fox News, en la que afirmó que el país se estaba pacificando, los disturbios desde hace una semana han cesado en el país
y se dirige a la normalización
, dijo el ex guerrillero de 72 años, quien negó su responsabilidad por las muertes, así como de tener el control de los paramilitares, reiterando que no está dispuesto a adelantar las elecciones presidenciales.
En tanto, la policía detuvo el alcalde de la localidad norteña de Mulukukú, Apolonio Fargas, por un supuesto ataque a un puesto policial, informó la prensa nicaragüense. Fargas era investigado por el uso de una camioneta propiedad del municipio, donde se presume se movilizó un grupo armado que atacó el puesto policial de la comunidad de Sislao Paraska donde murieron cuatro policías.
En este contexto, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, calificó de innegable
que el gobierno de Ortega patrocina
la violencia en la nación centroamericana y lo exhortó de nuevo a celebrar elecciones anticipadas.
La violencia patrocinada por el Estado en Nicaragua es innegable. La propaganda de Ortega no engaña a nadie y nada cambia. Más de 350 muertos en las manos del régimen. El gobierno de Estados Unidos llama al de Ortega a terminar la violencia ahora y a llamar a elecciones. ¡El mundo está observando!
, manifestó Pence en Twitter.
La crisis sociopolítica en Nicaragua inició en abril pasado después de la aprobación de una polémica reforma al seguro social que aunque no prosperó y provocó manifestaciones contra Ortega, quien ordenó una represión que dejó entre 277 y 351 muertos, según organizaciones humanitarias locales e internacionales.