Sábado 14 de julio de 2018, p. 4
De forma inusual, el despliegue de seguridad en torno a la visita de cortesía de tres secretarios de Estado de Estados Unidos y altos funcionarios de ese país a la casa de transición del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, corrió a cargo de elementos de seguridad pública capitalina.
Se trató de un operativo que se extendió sólo una cuadra y en el que no participó el Estado Mayor Presidencial (EMP). Éstos, junto con policías federales, se limitaron a escoltar al Servicio Secreto de Estados Unidos en el traslado de la comitiva, que sumaron más de 20 camionetas.
El despligue de seguridad fue sin precedentes, porque, a diferencia de otras visitas de este nivel, el EMP no tomó el control, lo que provocó que al paso de la delegación estadunidense, motocicletas de distintos medios de comunicación se colaran
entre el convoy para transmitir en vivo todo el trayecto de los visitantes.
Incluso un manifestante con un par de pancartas logró colocarse frente a la casona de Chihuahua 216, colonia Roma, para reclamar durante unos minutos la actuación de los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos por la separación de familias migrantes en el país vecino.
Esta ocasión, el cerco que instalaron policías de Ciudad de México abarcó desde la medianoche del jueves, sólo en la citada calle y no requirió el cierre de más vialidades.
Aunque a los vecinos se le negó el tránsito durante el encuentro entre López Obrador y los representantes estadunidenses, desde las ventanas de sus casas lograron asomarse e incluso tomar fotos y videos, sin que ningún elemento de seguridad o del Servicio Secreto los limitara.
Tras la visita de los secretarios de Estado, Mike Pompeo; del Tesorio, Steven Mnuchin; del Departamento de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen; así como el asesor de la Casa Blanca y yerno de Donald Trump, Jared Kushner, entre otros, a las 15 horas de ayer se levantaron las restricciones vehiculares.