El cruce de las calles de Chihuahua y Monterrey, en la colonia Roma, se ha convertido desde hace una semana en un punto en el que ciudadanos hacen fila para tratar de tomarse la foto con Andrés Manuel López Obrador, ganador de las elecciones presidenciales; otros buscan hacerle peticiones: desde ayuda por desalojo en un predio capitalino hasta la liberación de presos, presentarle proyectos para su gobierno o hasta que interceda para regresar una clase de judo en Ciudad Universitaria. 

La mayoría no logra acercarse debido a la aglomeración que se ocasiona cada vez que el presidente electo deja su casa de campaña. Las peticiones son recibidas con firma de acuse por parte del equipo del próximo mandatario, aunque no sean de competencia federal o incluso representen cuestiones internas.

Sin embargo, cada vez que entra o sale de sus oficinas, López Obrador atiende por unos instantes a quien lo solicita.

Desde las cinco de la madrugada llegó el primer grupo de ciudadanos: una decena de vecinos de la colonia Doctores que denunciaba un presunto desalojo y quienes pedían su ayuda para regresar al inmueble. Una hora después, llegó un grupo más pequeño y en un par de horas ya había más de una treintena de personas.

El malestar y reclamos aparecían cada que llegaba alguien e intentaba colarse. Que se formen, que se formen, reclamaba una señora que acudió a pedir ayuda para que su hijo salga de una cárcel en Ciudad Nezahualcóyotl.

A la par, también llegó parte del próximo gabinete de López Obrador, sus tres hijos mayores y cualquiera que buscara un acercamiento con el próximo mandatario.

La multitud no sólo provocó que desde la semana pasada se instalara un nuevo semáforo para tratar de reducir el conflicto vial que ahora se ocasiona, sino que desde ayer ya también hay presencia de policías capitalinos para resguardar la zona ante el movimiento inusitado en este sitio.