Un día después de que Hiram Almeida Estrada dejó el cargo de titular de la Ssecretaría de Seguridad Pública (SSP) de esta capital, los principales mandos policiacos de esa dependencia se reunieron con el jefe de Gobierno, José Ramón Amieva, y con el secretario de Gobierno, Guillermo Orozco Loreto, para analizar la repentina salida, comentar el perfil de quién tendría que ser el mando operativo de esta dependencia –en tanto se nombra al sustituto– y para calmar los ánimos dentro de esa dependencia.

Poco después del medio día, los subsecretarios y directores generales de la SSP se reunieron en privado con el jefe del Ejecutivo local en el salón Oval del Antiguo Palacio del Ayuntamiento. Ahí, Amieva los llamó a cerrar filas e incluso les propuso que entre ellos definieran quién se haría cargo de la operación de la corporación, según versiones de algunos de los asistentes y de fuentes de la misma administración capitalina.

En el encuentro –según se dijo– se acordó generar un esquema de mayor coordinación y presencia policial para reforzar la seguridad de la ciudad y sus habitantes, y que el mando operativo estaría en funciones durante el periodo establecido para el relevo institucional en la dependencia, además refrendó su apoyo a todos los elementos de esa secretaría

Terminado este encuentro, salieron de las oficinas del gobierno de la ciudad y tocó el turno a Orozco Loreto reunirse con los mandos policiacos en la Subsecretaría de Control de Tránsito para procesar el planteamiento del jefe de Gobierno. Algunos de los asistentes dijeron que comenzó a consensuarse que Luis Rosales Gamboa –cuyo indicativo policiaco es Apolo–, hasta ese momento titular de esta subsecretaría, fuera quien se quedara como mando operativo.

Durante la reunión se les pidió que no bajaran la guardia frente a la delincuencia, que continuaran con su esfuerzo y que mostraran el músculo para brindar seguridad a la población.

De ahí que por la tarde –y después de muchas semanas de no hacerlo-- los mandos policiacos llevaron a cabo un megaoperativo en calles de las colonias Benito Juárez, Iztapalapa y Gustavo A. Madero, que registran los mayores niveles de incidencia delictiva.

Hiram Almeida –mencionaron-- seguía en su oficina, como ornamento, ordenando los documentos para el proceso de entrega-recepción.