A fin de evitar las inundaciones que se generan en la zona de Vaqueritos, delegación Xochimilco, por el desbordamiento del río San Buenaventura, el Gobierno de la Ciudad de México colocó una rejilla y construyó 100 metros de muro de concreto armado para retener el talud y que ya no se recargue en las bardas o paredes de las casas que se ubican a los costados de éste.

Las obras costaron 8 millones de pesos, informó el director del Sistema de Aguas de las Ciudad de México (Sacmex), Ramón Aguirre Díaz. No es una obra muy grande, pero es importante por el problema que resuelve, acotó.

Refirió que en septiembre de 2017 se desbordó el río y dejó saldo de al menos 60 vehículos y 200 casas que se ubican en la ribera del río por el golpe hidráulico en la calle Guadalupe I. Ramírez, desde Tepepan hasta Vaqueritos. Mientras que en abril de este año las intensas lluvias que se registraron causaron que se desbordara de nuevo, lo que provocó afectaciones en la lateral del Periférico y en la calle Rincón de las Dalias, ambas vialidades ubicadas en la colonia San Bartolo el Chico.

El titular del Sacmex señaló que cuando hay precipitaciones fuertes el río San Buenaventura, además de que baja con mucha fuerza, arrastra ramas y troncos de árboles y basura. Todo esto de repente llega a una zona donde el río está entubado y más adelante hay un paso a desnivel que está en un cajón, dividido por una pared intermedia. Entonces, lo que arrastra llega y se atora ahí, porque el área es muy reducida y se forma un tapón que impide que el agua pase, haciendo que el nivel del líquido suba y se desparrame. Eran unas inundaciones tremendas, explicó.

El ingeniero Miguel Carmona, director de Drenaje, tratamiento y reuso del Sacmex, amplió que el proyecto consistió en instalar una rejilla en la parte más amplia del río. La basura se atora aquí: es una primera trampa, lo que permite que el agua siga corriendo hasta una caja que está en la lateral del Periférico y la Glorieta de Vaqueritos, que es la parte entubada.

Detalló que para darle resistencia al bordo del río se colocaron ataguías -- placas de acero – a una profundidad de 10 a 12 metros y de 110 metros de longitud, con lo que se protegió todo el bordo. De tal manera que cuando suba el nivel del agua no deslave, es como un muro metálico, comparó.

Eso junto con los trabajos de mantenimiento y vigilancia permanente que se tienen nos permite augurar que será difícil que se presenten inundaciones como en años anteriores, concluyó Aguirre Díaz.