Triunfos peligrosos // Pacto de complicidad // Anomalías en Coyoacán y Venustiano Carranza
ay triunfos peligrosos, y uno de ellos puede ser el que obtuvo ayer, de manos de la ciudadaía, Andrés Manuel López Obrador.
El discurso de la conciliación que sonó tan bien a los oídos de quienes siempre han sido sus enemigos fue interpretado por ésos, quienes le han atacado, quienes le han tratado de humillar, como un pacto de complicidad con el que buscan derrotarlo.
El método parece sencillo, quieren que Andrés deje de ser López Obrador y se convierta en una especie de títere que ellos manejen a su antojo; por eso advierten que estarán siguiendo sus pasos, vigilantes de lo que haga, porque si se le ocurre ser López Obrador, será un traidor a la democracia. Por eso las amenazas de que debe pensar y comportarse como ellos lo impongan, algo así como: te damos la Presidencia, pero el poder es nuestro.
Ahora resulta que el hartazgo por el abuso que ha impuesto el sistema de mercado, o capitalismo voraz sobre los más pobres, que el rechazo a la violencia, que el hastío por el robo constante al erario, que el repudio a la mentira y al cinismo como arma política y que en general el sentimiento de divorcio entre la sociedad y la clase política se llama, haga usted favor, democracia.
Es decir, los millones que ayer votaron por López Obrador, no son más que demócratas. No han sufrido la violencia de una guerra que ellos no pidieron ni han visto al país saqueado ni saben de las injusticias que hora tras hora ocurren en el país, ninguno de estos factores pesó en su decisión antes de tachar la boleta. Su voto sólo tiene que ver con su esencia demócrata; la injusticia y el mal gobierno no los impulsa, y su conciencia, menos.
El país esta armado, ellos, los arrepentidos, lo saben, y saben muy bien que otro fraude podría ser la mecha que hiciera reventar al país que hoy mismo está postrado frente a la violencia y la ratería, por eso, seguramente, y porque la gente salió a votar de forma masiva, es que no pudieron hacer triunfar el fraude.
Son tan burdos los argumentos con los que se quiere disfrazar el terrible fracaso del modelo más injusto de la historia: el neoliberalismo, que se busca en la democracia el mejor discurso para impedir un razonamiento efectivo sobre los motivos que hicieron que la gente saliera a votar de forma masiva. La causa fue la democracia. Triunfó. La ciudadanía no trata con su voto de sacudirse un régimen opresivo e injusto. Esa píldora es la que nos quieren hacer tragar.
Los triunfos arrasadores como el de López Obrador crean grupos de aparentes arrepentidos que buscan treparse en la cresta de la ola sin modificar su manera de ver la realidad y, desde allí, esos que ya disfrutaron del poder y lo desvirtuaron buscan convertirse en maestros, en los consejeros del nuevo poder, y hasta pretenden decirle cómo hablar.
En fin, será menester no alimentar el peligro plegándose a las condiciones que se buscan imponer. Lo quieren a imagen y semejanza de ellos mismos, porque saben que el triunfo fue de Andrés Manuel López Obrador, pero pretenden que el poder les siga perteneciendo.
De Pasadita
En el IECM, y en el INE también, se tiene información suficiente para asegurar que las elecciones para alcalde en Coyoacán y Venustiano Carranza no son válidas por el cúmulo de denuncias presentadas ante todas las autoridades, así que más vale que se aguanten las ganas de festejo, porque pueden llevarse un susto.