Domingo 1º de julio de 2018, p. 7
La disputa por el PAN confronta a los senadores del blanquiazul. Los seguidores del candidato presidencial, Ricardo Anaya, advierten que el grupo afín a Felipe Calderón no logrará apoderarse del partido, pero otro bando está convencido de que, tras la elección, el candidato presidencial de la coalición Por México al Frente deberá dejar el partido, al que mantiene secuestrado
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El senador Ernesto Ruffo, primer gobernador de oposición y actual integrante del Comité Ejecutivo (CEN) del PAN, sostuvo que sean cuales fueren los resultados de este domingo, los incondicionales
de Calderón nada importante harán, porque militantes los ubican como agentes del PRI
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No lograrán apoderarse de Acción Nacional, recalcó, porque no mueven estructuras, son la élite que dejó Calderón, entre ellos Ernesto Cordero y están entregados por completo al PRI
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En contraparte, el senador Jorge Luis Lavalle, quien ayer fue expulsado del PAN, junto con Ernesto Cordero, sostuvo que Anaya deberá pagar las consecuencias de haber llevado al partido a la división y la ruptura, “a una profunda crisis de identidad que ha alejado a muchos simpatizantes.
Entrevistado antes de que se diera a conocer su expulsión, reconoció que, aunque hay una confrontación dolorosa
entre panistas, es necesario rescatar al PAN, al que tiene secuestrado el reducido grupo de Anaya. Es la única solución, sostuvo, para comenzar la reconstrucción del partido
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Sostuvo se va a requerir un gran periodo de reflexión, de evaluación y buscar lo que más le convenga al PAN para recuperar la confianza de sus militantes y simpatizantes. Hizo notar que no son sólo los llamados senadores rebeldes
los que piden cuentas a Anaya, ya que también lo hicieron siete de los gobernadores panistas –Querétaro, Durango, Tamaulipas, Aguascalientes, Puebla, Baja California y Quintana Roo– los que firmaron un desplegado la semana pasada en que se desmarcan de Anaya
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Insistió en que Anaya, según expresa en el video que se hizo público la víspera, sostiene que le quieren quitar a la mala el partido, como si fuera de su propiedad, pero no es así y tendrá que rendir cuentas por la crisis a la que llevó al PAN con su obsesión por ser el candidato y regalar muchísimas posiciones a la izquierda, con tal de formar el llamado frente
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Entrevistado aparte, el senador Ruffo insistió en que Cordero, Lavalle y los demás que atacan a Ricardo Anaya son las cabezas políticas que dejó Calderón en el PAN, pero en los municipios no tienen ninguna influencia y todos los ubican como traidores, los que le han hecho el trabajo sucio al PRI y respaldan al candidato José Antonio Meade
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Durante su sexenio, “Calderón se empeñó en controlar el PAN y designó a los dirigentes, pero ahora no podrá hacerlo ya, recalcó Ruffo.