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o tenemos riqueza de dinero, pero sí riqueza de conciencia
. Habla un campesino activista de la comunidad de Tlapa de Comonfort, Guerrero, en 2015. Son vísperas de elecciones. Los bandos se dividen entre quienes consideran que el proceso electoral es un trámite inútil, sellado de antemano por la posibilidad de fraude, y quienes abogan por agotar las vías democráticas para evitar la descomposición total del país. En Guerrero, región de México con una larga tradición de lucha guerrillera, de Genaro Vázquez a Lucio Cabañas, varios grupos de campesinos se organizan y crean, en las inmediaciones de la capital, Chilpancingo, su propia policía de resistencia y defensa comunitaria para combatir la colusión evidente entre las bandas de narcotraficantes y la policía local. Una organización vinculada con esa defensa campesina, la FUSDEG (Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo de Guerrero), cuenta entre sus activistas más notorios a Coni López Silva, hija de un fotógrafo testigo y víctima de las represiones a campesinos durante los años de la guerra sucia. Ella es una de las protagonistas centrales de Guerrero (2017), un estupendo documental de Ludovic Bonleux, cineasta francés radicado en México, autor de El crimen de Zacarías Barrientos (2008) y Acuérdate de Acapulco (2013).
El documental registra asimismo la búsqueda infatigable de otro activista, Mario Vergara Hernández, quien acompañado de varios campesinos, adultos y niños, recorre la zona montañosa guerrerense ubicando fosas comunes con la esperanza de encontrar en una de ellas los restos de Tomás, su hermano desaparecido. El documentalista acompaña esa faena dura de identificación y resguardo de osamentas capturando los detalles siniestros que sugieren en el horror de cada hallazgo la dimensión inconmensurable de la tragedia, algo semejante a lo señalado por el realizador chileno Patricio Guzmán en su documental Nostalgia de la luz (2010), ese otro reclamo de reparación y justicia en el desierto de Atacama. En Guerrero, sin embargo, a la búsqueda y al duelo los acompaña una vigorosa movilización comunitaria. La radiografía regional que propone Bonleux alude a las disputas entre diversas organizaciones comunitarias, la UPOEG (Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero) y la mencionada FUSDEG, pero centra su atención de modo especial, y con un trabajo de cámara formidable, en los enfrentamientos entre los campesinos y las fuerzas policiales del gobierno que buscan frenar su capacidad organizativa y de resistencia. La exposición que hace el cineasta de los agravios padecidos es siempre clara. No hay en el filme una mayor contextualización del momento electoral, pero apenas resulta necesaria: el escepticismo de los campesinos se nutre de largos años de abusos y engaños en elecciones que invariablemente culminan en la misma farsa. Captura la atención del cineasta el hartazgo y una radicalización política a ultranza, nerviosa y desesperada, como la búsqueda de los cuerpos desaparecidos.
Un tercer protagonista, el maestro rural Juan López, completa y sintetiza lo que otros documentales habían referido ya antes sobre la tragedia de los 43 estudiantes de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa, ese crimen oficial que marcará perdurablemente la corrupción y naturaleza represiva del presente sexenio. Así, desde la movilización rijosa que incluye tomas de ayuntamientos y refriegas a pedradas con una policía que asiste, con impotencia y risa nerviosa, a un conato de sublevación espontánea, el documental termina mostrando el vacío de poder y la crisis institucional que viven algunas comunidades guerrerenses. Para este trabajo, que cierra su trilogía sobre Guerrero, Ludovic Bonleux ha elegido a los tres protagonistas que encarnan opciones diversas de activismo político y que confluyen en un mismo reclamo de justicia. La radiografía final es notable. No hay grandilocuencia, sentimentalismo ni espíritu panfletario en esta crónica tan oportuna. Es lamentable que este documental valioso y reconocido internacionalmente pase ahora casi desapercibido en su estreno, siendo, como es ya, un referente insoslayable.
Se exhibe en la sala 10 de la Cineteca Nacional a las 12:30 y 19:30 horas, con la presencia del realizador.
Twitter: @Carlos.Bonfil1