L
ugar de flores donde brota el agua
, es una de las traducciones del náhuatl de la palabra Ajusco. Se refiere al macizo montañoso que limita al sur a la Ciudad de México. Al visitarlo se entiende el apelativo por el verdor que le proporciona el bosque y la profusión de plantas y flores que en esta época cuando ya comenzaron las lluvias, es exuberante.
Aquí tiene lugar un interesante proyecto en el ejido de San Nicolás Totolapan, que cuenta con una superficie de 2 mil 303 hectáreas y pertenece a 334 comuneros. En casi dos terceras partes del área desarrollaron desde hace 20 años un parque ecológico que ofrece distintas actividades como una caminata por el bosque para admirar la gran variedad de árboles y la rica vegetación. Es un lugar para el esparcimiento donde se puede practicar ciclismo, tirolesa, comer trucha, montar a caballo, ir a una granja didáctica y a un venadario.
Hay unas cabañas que se pueden alquilar durante el fin de semana o también hay posibilidades de acampar; al ser un sitio cerrado y con estrecha vigilancia de los ejidatarios, es totalmente seguro. Caminar por los senderos admirando los pinos, saucos, tepozanes, ocotes, ailes, huejotes oyameles y encinos nos traslada a un sitio alejado de la urbe, aunque se encuentra a 20 minutos del Periférico.
Antes de llegar hicimos una parada para desayunar en la finca Los Palomares, situada en el kilómetro 12.5 de la carretera Picacho-Ajusco. La abundancia de las viandas: fruta, chilaquiles con cecina, huevos, jugo, chocolate y café, nos dio la energía para emprender una ardua caminata en el parque ejidal, que nos llevó a ver una cascada al fondo de una cañada.
Al salir del parque nos esperaba otra sorpresa: del kilometro 11.5, donde se encuentra nos trasladamos nuevamente al 12.5, para subir por unas calles empedradas hasta llegar al Orgánico Hotel Boutique. En medio de hermosos jardines están, salpicadas, unas cabañas con todos los lujillos y una acogedora chimenea. También hay un bien equipado espacio que funciona como auditorio, salón de reuniones y lo que se le ocurra si va unos días de trabajo con su empresa.
Un restaurante con vista espectacular y muy buena comida le permite relajarse al saborear una gran variedad de platillos mexicanos e internacionales. ¿Que le parece botanear con un queso provolone a las brasas en una deliciosa salsa roja tipo italiano, tacos de lengua y un tamal de frijol bañado con crema y queso?
Para el esparcimiento hay un sala con billar, ping pong y juegos de mesa. Los activos pueden disfrutar de paseos en bicicleta, caballo, cuatrimotos y tiro al arco. Ahí no queda la cosa: para la belleza y el relax hay spa; frente a la chimenea de su habitación le brindan un relajante masaje.
A esas alturas puede apreciar de manera inigualable el volcán extinto, conocido como Xitle, que dio origen al pedregal donde ahora se encuentra Ciudad Universitaria. Su explosión sepultó Cuicuilco, la cultura más antigua de la cuenca de México. En Tlalpan todavía se puede admirar una original pirámide circular.
Otra visión impresionante es el Pico del Águila, que es el punto más alto del Valle de México a 3 mil 937 metros sobre el nivel del mar. Se le considera el lugar ideal para comenzar la práctica del montañismo.
Esta fascinante experiencia la compartimos con Édgar Anaya, de quien ya hemos hablado, porque entre otras, es el autor del notable libro Ciudad de México desconocida. Tiene la empresa Mexicorrerías que organiza novedosos e interesantes recorridos. Próximamente van a visitar estos sitios y varios más.
Hay paseos que no hay que perderse: a la selva Lacandona, en Chiapas; en la Ciudad de México, los Sótanos de Catedral y un safari por Tepito. Extraordinario es el de las Barrancas del Cobre en Chihuahua y no cantan mal las rancheras el Año Nuevo en Tabasco y en marzo del próximo año las ballenas en Baja California.
Hay que reservar desde ahora porque los lugares vuelan; informes en los teléfonos 5577311 y 63034396 y en [email protected]