na tarea difícil: Para quien debe buscar noticias de interés económico, político o cultural en la prensa caribeña, centro y sudamericana, y para ello debe leer una veintena de periódicos, las copas mundiales de futbol –por fortuna se realizan cada cuatro años– son realmente desesperantes. Centenas de millones de personas, incluidas muchas inteligentes, viven pendientes durante mes y medio de decenas de millonarios que patean un cuero hinchado. El mundo real desaparece y están todos a merced de los dominadores de siempre, quienes aprueban las leyes más funestas y firman los compromisos más degradantes sin casi oposición, porque todos están tratando de vivir un poquito de gloria ajena, efímera y engañosa. Aunque este Buscón jugó futbol y es hincha desde siempre de un equipo que fue ejemplo único de buen juego y del cual salieron decenas de grandes jugadores hacia todos los continentes, nunca la enajenación inducida y fomentada llegó tan lejos, nunca fue tan tajante la diferencia entre los cientos de millones de voyeurs pasivos y las pocas decenas de bien pagados participantes en el negocio, y jamás fue tan grande la corrupción de los organizadores de este rito, que es mucho más popular que todas las creencias. Al mismo tiempo, entre los espectadores, quienes van a ver la copa tienen dinero para pasajes, estadías y vicios, a diferencia de los mortales comunes, y expresan allí donde van toda su brutalidad, machismo e incultura escondiéndose cobardemente en la falta de difusión de sus idiomas que revuelcan por el fango. Argentinos, mexicanos o brasileños ricos mezclan así el más repugnante nacionalismo con el desprecio más agresivo por la mujer. El País, de Montevideo, publica la noticia de que el propietario de una agencia de autómoviles, un argentino que hizo decir obscenidades a una encantadora e ingenua adolescente rusa y por eso fue expulsado del Mundial y de Rusia, fue increpado al llegar al aeropuerto de Buenos Aires por una señora que exigió fuera preso. Los tiempos comienzan a cambiar.

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Varias: Página 12, de Buenos Aires, informa sobre la huelga del lunes –nacional y general– y reporta que la producción industrial cayó en mayo 3.3 por ciento.El paceño El Diario dice que China rechaza la soya boliviana por la gran cantidad de transgénicos que contiene.