Managua

Fuerzas policiales y paramilitares dispararon ayer a estudiantes que se encuentran atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), quienes protestan contra el gobierno de Daniel Ortega, de acuerdo con reportes de los jóvenes, la Iglesia católica y grupos defensores de los derechos humanos.

Desde la medianoche, fuerzas gubernamentales incursionaron en al menos seis barrios del oriente de la capital y en terrenos universitarios del suroeste de Managua, lo que dejó saldo de al menos cinco muertos, incluidos un bebé de 14 meses y una mujer, mientras 15 resultaron heridos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

Estamos hablando de cinco fallecidos, incluido el bebé, pero podría haber más, afirmó Georgina Ruiz, activista del Cenidh. El menor murió cuando su madre lo llevaba a un lugar donde lo cuidaban, en momentos en que las fuerzas paramilitares asaltaban un barrio en el sector este de la capital para desmontar barricadas, explicaron familiares a la prensa.

Fue un balazo de la policía. Yo los vi, fueron agentes, nadie me lo dijo, denunció entre sollozos la madre del niño, Kenia Navarrete, al canal 100 por Ciento Noticias, pero el sitio oficialista de información El 19 Digital aseguró que quienes dispararon al bebé fueron delincuentes que se encuentran operando en el sector de la universidad.

Dos decesos fueron reportados por voceros del movimiento universitario 19 de Abril, que dirige las protestas contra el gobierno desde hace dos meses. Las víctimas eran manifestantes atrincherados en las inmediaciones de la UNAN, quienes fueron atacados durante la madrugada por policías y paramilitares, según los estudiantes. Esto es indescriptible. Nosotros demandamos que cese la represión, subrayaron.

Los 15 jóvenes liberados el viernes, resultado de una reunión que sostuvo el jueves en Masaya una comitiva de obispos con el subdirector de la policía, Ramón Avellán, denunciaron golpes y abusos de fuerzas policiales y paramilitares tras su detención en las protestas.

Los 15 fueron llevados por la policía a la catedral de Managua y otros 11, dos de ellos menores de edad, quedaron libres en Masaya por gestión de la Iglesia católica.

Ante los ataques, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, grupo de la sociedad civil, suspendió la marcha de las flores, prevista para la tarde de ayer, ante el riesgo de nuevas agresiones de fuerzas de choque gubernamentales, como ocurrió el 30 de mayo contra una manifestación pacífica en la capital.

Álvaro Leiva, líder de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos, emitió una alerta para tres ciudades que están bajo el brutal asedio de grupos paramilitares. Lanzamos un SOS para las ciudades de Managua, Masaya y León por el alto índice de peligrosidad en este momento para los ciudadanos. Hay derramamiento de sangre, persecución, ejecución y capturas ilegales por esos órganos. Denunció un ataque sin piedad de policías y paramilitares contra cuatro barrios de Masaya.

En tanto, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), que actúa como mediadora entre los opositores y el gobierno, instó a reanudar el lunes el diálogo para discutir la propuesta de adelantar las elecciones presidenciales de 2021 a marzo de 2019.

Convocamos a las mesas de trabajo para que empiecen a trabajar sobre el índice que hemos propuesto, dijo la CEN en un comunicado emitido antes del ataque paramilitar contra la UNAN.

Las protestas, que han dejado al menos 200 muertos, de acuerdo con el Cenidh, comenzaron el 18 de abril contra una reforma al sistema de seguridad social, pero se ampliaron en demanda de justicia por las muertes y la salida del poder de Daniel Ortega, a quien acusan de instaurar, junto con su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, un gobierno autocrático y corrupto.