Expone la serie Negaciones en la galería Juan Martín, en Polanco
Fráncfort. El escritor italiano Roberto Saviano, quien cuenta con escolta desde que publicó el libro Gomorra sobre la mafia italiana Camorra, no se deja intimidar por el nuevo ministro del Interior, Matteo Salvini.
La mordida, de creación colectiva, es una de las propuestas escénicas que forman parte de la primera edición del Ciclo de Teatro Penitenciario, que se realiza en el teatro El Galeón, del Centro Cultural del Bosque.
Forjador de una obra literaria única en lengua castellana, Julio Cortázar (1914-1984) era un artífice del cuento, género al que aportó innovaciones desde su maestría sin par. Los ocho relatos que articulan Octaedro, 1974, libro publicado por Alfaguara, aluden a los temas recurrentes en el escritor: el amor, el sueño, la enfermedad, la muerte, el umbral entre lo cotidiano y lo fantástico. Funcionan como caras que van completando el sentido de la figura total. Con autorización de la editorial, ofrecemos un adelanto a los lectores de La Jornada
Al atardecer Florencio bajó con la nena hasta la cabaña, siguiendo el sendero lleno de baches y piedras sueltas que sólo Mariano y Zulma se animaban a franquear con el yip. Zulma les abrió la puerta, y a Florencio le pareció que tenía los ojos como si hubiera estado pelando cebollas. Mariano vino desde la otra pieza, les dijo que entraran, pero Florencio solamente quería pedirles que guardaran a la nena hasta la mañana siguiente porque tenía que ir a la costa por un asunto urgente y en el pueblo no había nadie a quien pedirle el favor. Por supuesto, dijo Zulma, déjela nomás, le pondremos una cama aquí abajo. Pase a tomar una copa, insistió Mariano, total cinco minutos, pero Florencio había dejado el auto en la plaza del pueblo y tenía que seguir viaje enseguida; les agradeció, le dio un beso a su hijita que ya había descubierto la pila de revistas en la banqueta; cuando se cerró la puerta Zulma y Mariano se miraron casi interrogativamente, como si todo hubiera sucedido demasiado pronto. Mariano se encogió de hombros y volvió a su taller donde estaba encolando un viejo sillón; Zulma le preguntó a la nena si tenía hambre, le propuso que jugara con las revistas, en la despensa había una pelota y una red para cazar mariposas; la nena dio las gracias y se puso a mirar las revistas; Zulma la observó un momento mientras preparaba los alcauciles para la noche, y pensó que podía dejarla jugar sola.