n octubre de 1810, el cura Miguel Hidalgo le encargó a José María Morelos levantar en armas el sur, particularmente el puerto de Acapulco, que tenía una situación estratégica. La encomienda no fue fácil, Morelos entró por la ruta de la Costa Grande y tras varios intentos fallidos para tomar el puerto se trasladó a los valles centrales. En ese lugar se unieron a la causa: Nicolás Bravo y Vicente Guerrero, a quien el nombre del estado rinde homenaje
Tres años más tarde, en septiembre de 1813, se instauró en Chilpancingo el Congreso de Anáhuac. Ahí Morelos pronunció el célebre discurso conocido como Sentimientos de la Nación.
A lo largo de la cruenta lucha por la Independencia, Vicente Guerrero fue de los pocos que nunca se dio por vencido, refugiándose en la sierra y manteniendo viva la lucha; fue fundamental para el triunfo del movimiento. Con justicia, el 27 de octubre de 1849, el Congreso de la Unión, en sesión solemne declaró legalmente constituido el Estado Libre y Soberano de Guerrero.
La entidad esta conformada por seis regiones y el puerto de Acapulco: Tierra Caliente, zonas Norte y Centro, Región Montañosa, costas Grande y Chica. A las playas de Acapulco arribó durante varios siglos la famosa flota conocida como Nao de China, que traía maravillosas mercancías de Oriente. Muchas de ellas, como lacas, bordados, porcelanas y marquetería, entre otras, inspiraron a los artesanos mexicanos que elaboraron sus propias creaciones.
En Guerrero, hasta la fecha, podemos disfrutar con los primorosos objetos elaborados con laca de la aromática madera de linaloe, provenientes de las comunidades de Olinalá, Temalcalcingo, Ocotepec y Acapetlahuaya: cajitas, charolas, máscaras y joyeros; biombos y marcos. La joyería de plata es distintiva de Taxco y la de oro de Iguala, Ciudad Altamirano, Coyuca de Catalán, Arcelia y Ometepec.
La alfarería guerrerense destaca por la mezcla de barro con pedazos de algodón que elaboran amorosamente los artesanos para producir hermosas ollas, jarrones, cántaros y esculturas que al secarse son decoradas finamente con pincel. En estos trabajos prevalece la tradición alfarera indígena de los municipios del valle central de la entidad como: Zacoalpan, Nuitzalapa y Tixtla, entre otros.
Las mujeres indígenas de las comunidades mixtecas, amuzgas y nahuas, quienes aún visten de forma tradicional, hilando y tejiendo ellas mismas los intrincados y coloridos patrones de cada pieza de su atuendo, nos ofecen una variedad de textiles notables: manteles, servilletas, huipiles y unos rebozos únicos, de extraordinario colorido, calidad y belleza.
Así podríamos seguir con una infinidad de localidades guerrerenses, cada una con sus propias artesanías, que en la mayoría de los casos son objetos que utilizan en su vida diaria. Como ya no tengo espacio los invito a que las vean y las adquieran todo junio en la planta baja de la Secretaría de Turismo, ubicada en Presidente Masaryk 172, esquina Emerson.
También pueden adquirir un excelente mezcal a muy buen precio y muchos productos alimenticios: chilate, salsas, café, distintas ricuras elaboradas con coco, conservas y mucho más. Si prefiere ir a adquirirlas a Guerrero aproveche para ir hoy al World Trade Center al Acapulcazo
, donde se pueden adquirir paquetes vacacionales para el verano a precios súper especiales: participan hoteles, líneas aéreas y de autobuses, restaurantes y demás.
Ya no hablamos de la gastronomía, que es otro de los lujos guerrerenses. Les menciono algunos platillos: el mole de jumil, el pulpo enamorado de Acapulco, los panques de arroz, memelas, atole blanco, chilpancingueñas, marquesote chilapeño y semitas mixtlecas. Para mí la estrella es el pozole verde, que se acompaña con sardinas, chicharrón y aguacate.
Afortunadamente lo podemos disfrutar aquí en el sitio para iniciados del que ya hemos hablado, que se encuentra en un edificio de la calle de Moctezuma 12, a unos pasos del Eje Central, casi enfrente de Garibaldi. Cierra domingos.