Domingo 17 de junio de 2018, p. 6
Río de Janeiro. En Brasil, el futbol es sagrado. Cada vez que la verdeamarela ingrese a la cancha en el Mundial de Rusia, los trabajadores dejarán lo que tengan entre manos para seguir los partidos. Debido a la diferencia horaria, los encuentros tendrán lugar en la mañana o a primeras horas de la tarde. Pantallas gigantes, bocaditos gratis, llegadas tarde: el país aminora su actividad durante el torneo. Según un sondeo de la Confederación Nacional de Comerciantes, 28 por ciento de las empresas del sector de servicios permitirá que sus empleados se ausenten o vean los partidos en la oficina cuando juegue Brasil.