Salieron chispas en la reunión AMLO-empresarios
Gómez Urrutia, avalado por el tribunal electoral
No subirá el queso, aseguran
El Estadio Azteca como signo
Efecto Televisa (y similares)
Slim, Romo, Yeidckol, Peña
Forma es fondo, también en cierres
Aranceles y dependencia
Momento de diversificar
Gómez Urrutia al Senado
En busca de nuevas identidades
El espacio natural del priísmo
Un discurso confuso
En El zoológico de cristal
n las primeras horas de ayer, en Tultepec, estado de México, estalló una bodega clandestina de pólvora y el accidente dejó un saldo de siete personas muertas y nueve lesionadas, además, causó daños de diversa consideración en 93 viviendas y en un número indeterminado de vehículos. Esta tragedia es el eslabón más reciente de una cadena de siniestros que ocurren de manera frecuente en esa localidad mexiquense, dedicada principalmente a la fabricación y venta de productos pirotécnicos –se calcula que nueve de cada 10 habitantes se dedican a ella– y que pareciera no tener solución posible.
Isaac el bueno
n gran bailarín de ballet ilumina el cielo oscuro del arte mexicano, ese rubro que directivos y autoridades dejan a un lado por la politiquería mundana de hacer favores que en nada ayudan al crecimiento humano.
l contrario de lo que se difunde, la aventura de alterar el ADN de nuestros cultivos alimenticios mediante las técnicas de la llamada ingeniería genética
(IG), no ha estado sustantada en ciencia, más bien, la ha deshonrado. Sus ingenieros y quienes los apoyan, con frecuencia han ignorado, y hasta ocultado o destruido, evidencias científicas. También han violado los estándares de la ciencia. Inclusive han ocultado esas infracciones mediante el engaño. Más aún, el proceso de IG; en particular de cultivos, ha sido descrito de tal manera que parezca más natural y preciso de lo que en realidad es, y aún los hechos más básicos de la biología contemporánea han sido distorsionados para minimizar los verdaderos riesgos de los cultivos transformados mediante IG.
éxico está en peligro. Sin duda. En un grave riesgo, diría yo. Pero no por el populismo que tanto preocupa a algunos ni por la amenaza de convertirlo en otra Venezuela. No.
ceptemos, aunque sea sólo como ejercicio teórico, que López Obrador ha cometido desatinos como aliarse con la ultraderecha evangelista y católica (¿Espino, por ejemplo?) o designar como posibles gobernadores a personajes que, además de ser analfabetos funcionales, no tienen ni idea de lo que significa la administración pública, tomar decisiones políticas y hacer lo que corresponde en favor de la población. Aceptemos que mucho de lo que será su gobierno, de triunfar, está por definirse, como ha sido tradición desde por lo menos Echeverría, y que tales definiciones se harán afortunadamente con el concurso de expertos convocados ex profeso. Aceptemos que la pluralidad de su partido y de sus apoyos no morenistas, que es de destacarse como algo positivo en los tiempos que vivimos, está unida por su habilidad como líder y por el hecho de que es altamente probable que llegue a la Presidencia y lo que esto pueda significar para muchos. Aceptemos, finalmente y para no extenderme más, que va a ganar porque ha sabido canalizar en su favor el enorme descontento nacional por el fracaso de los anteriores gobiernos del PAN y del PRI (incluido el de Peña).
e repente, entre la multitud, escucho Va pensiero. La piel se me subleva. Va pensiero es el canto coral de los esclavos en la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi. Se lo ha convertido en una suerte de himno patriótico y en sus voces anida la esperanza de que el pueblo quede liberado de la opresión en que se halla bajo una de tantas tiranías del poder. A Nabucodonosor le han seguido mayores y menores emperadores, que han empleado la tiranía como forma de gobierno, sin tener la voluntad constructiva que él tuvo.
os procesos electorales que vive la nación, ya en su etapa final, se realizan en un clima difícil por la ola de violencia. ¿Espontánea o desatada por fuerzas interesadas en desactivarlos? Ya que en estos comicios la propuesta económica alternativa al devastador neoliberalismo, articulada por Morena, concita un consenso arrollador. Este planteo se da frente a un enrarecido tablero económico y geopolítico mundial afectado por el unilateralismo comer- cial y militar de Donald Trump y su America first, dirigido a México y Canadá en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y a la Unión Europea (UE) en el ataque al Acuerdo Nuclear (AN) con Irán, esto último con efectos negativos para firmas europeas, rusas, chinas e iraníes.
s evidente la necesidad de una nueva Constitución en Cuba. Pero una cosa es decirlo y otra hacerlo. Se trata de un asunto de alta complejidad, muy ambicioso en sus alcances. Además de la redacción de un texto empapado de las ricas experiencias cubanas en materia de real ejercicio de los derechos humanos en su integralidad, su contenido estaría llamado a incorporar a la institucionalidad las novedosas prácticas democráticas cubanas y canales para su ampliación y perfeccionamiento. La Constitución actualmente en vigor fue aprobada en referendo popular en 1976, hará pronto medio siglo. Aunque le fueron introducidas modificaciones parciales por la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) en 1992 y 2002, su marco histórico ha sido rebasado por los importantes cambios económicos y sociales operados en la isla, sobre todo en los dos últimos quinquenios, particularmente como consecuencia de la implementación de las resoluciones adoptadas en el sexto y séptimo congresos y la Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba y de otras medidas gubernamentales adoptadas en años recientes. Igualmente, por los dramáticos cambios en la situación internacional del último cuarto de siglo y en las formas en que Cuba se relaciona con el mundo. La sociedad cubana de hoy, además, es mucho más culta, diversa y compleja que la de hace medio siglo y ello hace necesario un marco constitucional más inclusivo que lo refleje.
ientras temas como el salario o su compensación monetaria gratuita al ciudadano son cotidianos en los discursos de los candidatos presidenciales; mientras se hacen canciones con las frases menos afortunadas del 2º debate presidencial; mientras los ataques directos, muchos sin algún tipo de respaldo probatorio, aumentan entre candidatos, el tema de las condiciones del Poder Judicial parece no existir.