El informe preliminar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la matanza de abril en Nicaragua es contundente en sus hallazgos sobre la dimensión del horror que padecieron las víctimas de la represión, y demoledor en sus conclusiones sobre las responsabilidades del Estado en el uso excesivo de la violencia policial y paramilitar, afirmó este martes Carlos Chamorro, periodista y director del semanario nicaragüense Confidencial.

La CIDH visitó Nicaragua para investigar las 76 muertes ocurridas en las manifestaciones antigubernamentales que se han realizado desde abril pasado en el país centroamericano.

Aunque Chamorro consideró insuficiente la visita de la comisión para deslindar responsabilidades, ésta representó un paso irreversible para desmantelar el muro de encubrimiento de los crímenes del régimen del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

Según Chamorro, el gobierno se vio obligado a acoger las 15 recomendaciones del informe de la CIDH en el diálogo nacional, en el que participan autoridades, estudiantes, empresarios y miembros de la sociedad civil con mediación de la Iglesia católica.

Chamorro llamó al secretario general de la OEA, Luis Almagro, y a los gobiernos del continente, a convocar a los órganos políticos de la OEA para debatir sobre la responsabilidad de los gobernantes, en una de las peores matanzas ocurridas en América Latina en tiempos de paz.

El también presidente del Centro de Investigación de la Comunicación y director del programa de televisión Esta Semana y del programa radial Onda Local, expuso la encrucijada en que se encuentra hoy Nicaragua. Mientras el pueblo exige verdad, justicia y que Ortega y Murillo se vayan del poder, los gobernantes amenazan con imponer al país una nueva escalada de violencia. Por ello, es imperativo que regrese a Nicaragua la CIDH y se mantenga su presencia.

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