Salamanca, Esp.

La universidad del siglo XXI no sólo debe enfrentar el desafío de un cambio tecnológico acelerado, sino de una realidad que convive con la xenofobia, la intolerancia, la precariedad laboral y la desigualdad, los cuales también son un reto educativo, afirmaron asistentes al cuarto Encuentro Internacional de Rectores Universia 2018, donde este martes se dará a conocer la llamada Carta de Salamanca.

Enrique Graue Wiechers, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien participó en la primera jornada de debates, destacó que la revolución tecnológica nos rebasó, ha ido mucho más rápido de lo que lo han hecho las universidades.

En entrevista, aseguró que el llamado en este encuentro, que reúne a 600 rectores de Iberoamérica, es que todos, dentro de nuestras capacidades y campos de acción, debemos movernos rápidamente hacia lo que puede ser la gran revolución educativa del siglo XXI, porque hay que seguir formando a los jóvenes con va- lores tecnológico, pero también humanos.

Durante la ceremonia de inauguración, presidida por el rey de España, Felipe de Borbón, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, advirtió que así como hay una revolución industrial 4.0, debe existir una universidad 4.0 que sea capaz no sólo de usar las nuevas tecnologías, sino comprender la era digital y saber qué es trabajar en red nacional y mundial.

Reunidos en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y León, y en el contexto de la celebración de los 800 años de fundación de la Universidad de Salamanca, señaló que no hay educación sin cohesión social ni universidad sin valores. Debemos formar a las personas concretas, de carne y hueso, y perseguir la libertad, la justicia y la equidad, dijo.

Destacó que uno de los grandes desafíos es que actualmente nadie anticipa lo que se se debe, y no ser capaz de lo anterior en la universidad es morir, no sólo por la endogamia (universitaria), sino por esta capacidad de cerrarse, cuando estar abierto al mundo es una obligación.

Afirmó que las universidades también deben fortalecer sus vínculos con el mundo, atendiendo los problemas emergentes de la migración y los refugiados, en particular cuando hay 35 conflictos activos en el planeta y 65 millones de personas son asiladas.

En el encuentro, al que asistió José Narro Robles, secretario de Salud y ex rector de la UNAM, quien participó como académico y doctor honoris causa de la Universidad de Salamanca, el presidente de Portugal enfatizó que si cada institución de nivel superior, de todas las que integran la red de Universia, aceptaran a cinco refugiados, tendríamos 3 mil lugares para ellos, y señaló que nada en el mundo debe ser ajeno al interés de las universidades.

Por su parte, Graue Wiechers, quien abordó los desafíos de la innovación y la internacionalización en la formación universitaria, reconoció que en la búsqueda de la transformación de las universidades el principal obstáculo a veces somos nosotros mismos, porque las comunidades académicas son por definición conservadoras, por lo que el cambio no será nada sencillo.

Afirmó que en el campo de la investigación también se debe romper con el esquema de individualismo que se impulsó debido al esquema actual de financiamiento.

En la actualidad los problemas son complejos, ya se acabaron los sencillos, por lo que se debe fortalecer una investigación multidisciplinaria y en redes internacionales, subrayó.

Al respecto, Silvia Giorguli, presidenta de El Colegio de México (Colmex), alertó sobre los desafíos de una internacionalización que deje fuera a las instituciones más pequeñas y diversas, como las universidades inteculturales e indígenas.

Detectamos que se va generando una desigualdad educativa desde los niveles previos a la universidad. El acceso a la tecnología genera una diferencia, lo que acaba por reproducirse de la educación básica a la superior. Si no logramos garantizar un acceso parejo a ese mundo digital, afirmó, lo que estaremos generando son nuevos esquemas de desigualdad.