Respuesta al embajador de Israel en México
l leer el artículo de Jonathan Peled, embajador de Israel en México, publicado en La Jornada el sábado 19 de mayo, queda al descubierto la estrategia mediática de su gobierno que sigue a los más recientes acontecimientos trágicos en la Franja de Gaza.
No se esperaría de él mención alguna al cerco de la zona palestina, a los disparos indiscriminados de sus tropas a la población harta de ser colonizada y martirizada, a la nakba reflejada en el distorsionado espejo del Yom Haatzmaut (día de la independencia), pero al menos alguna pequeña reflexión sobre el traslado de la embajada estadunidense a Jerusalén y sus lógicas consecuencias o a la complicada situación geopolítica de la región.
Nada de eso. La estrategia referida se basa en la simplificación de todo argumento histórico y político, de su reducción a un asunto de buenos y malos, siendo Hamas, por supuesto, el malo del cuento y la población civil unos borregos que pierden el tiempo arriesgando sus vidas en lugar de exigir el progreso que se aprecia del otro lado de la cerca. Da pena ajena leerlo pedir que en vez de andar luchando les enseñen a sus hijos a abrazar la vida, el amor y la paz
. ¿Se imagina usted a Mordejai Anielevich, líder del levantamiento del gueto de Varsovia, llamando a su gente a reflexionar sobre sus acciones frente a la Gestapo?
Embajador Jonathan Peled: si sólo pudiera usted dejar de mentir y admitir, como lo supo hacer en los años 70 su homónimo, el general Matitiahu Peled, que la existencia de Israel no corre peligro (salvo el de estar en manos de terroristas de Estado que se arrogan la representación de los judíos del mundo), tal vez sólo entonces podríamos pensar en, como usted dice, coexistir por fin en paz
.
Jessica Bekerman, Silvana Rabinovich, Eduardo Mosches, Marcos Límenes, Inés Westphalen, Naief Yehya, Boris Gerson, Néstor Braunstein, Irmgard Emmelhainz, Pedro Gellert, Pedro Miguel y Hermann Bellinghausen
Meade y Anaya: retórica ágil, pero vacía
En el debate del domingo, observamos la retórica de los candidatos: del puntero y de los que van en segundo y en tercer lugares en las encuestas. Ricardo Anaya, con una ágil y risueña, sin ton ni son; en José Antonio Meade, una perfecta, pero burocrática. El puntero con persuasión lenta, pero avanza más rápido. Los otros no lo pueden alcanzar. ¿Por qué?
En Tijuana se expusieron temas que describen un rostro nacional verdaderamente dramático: migrantes amenazados, salarios de miseria para casi todos los trabajadores en México –no sólo los del sur como quiso matizar Meade–, campesinos obligados a la siembra de amapola, inseguridad y terror del crimen organizado y asociado con autoridades.
Son horrores que reflejan el resultado de un modelo económico y social vigente desde hace décadas. Esta situación debe ser el punto de partida para el diagnóstico necesario para el diseño de cualquier estrategia de superación nacional.
Los candidatos del Prian desechan tal diagnóstico. En su afán de conservación del modelo y del sistema, plantean a la defensiva falsos dilemas: economía abierta o cerrada, cuando todos los países entreabren o entrecierran sus puertas según el interés de su estructura productiva; continuar hacia el futuro por la ruta de continuidad o volver al pasado, cuando en el pasado debe estar ya este modelo que data de cuatro décadas.
De un diagnóstico objetivo se deriva lógicamente la necesidad de transformación, si se piensa en mejorar la vida de la nación, eso es lo que Meade y Anaya eluden, por eso, con todo y su retórica (brillante pero superficial), no alcanzarán al puntero, que basa su propuesta precisamente en ese diagnóstico, que por cierto siendo actual y objetivo se nutre de la historia, no para anclarse en el pasado si no para derivar de ahí enseñanzas valiosas, como la de dar prioridad a la cooperación para el desarrollo entre norte y sur, como un mejor método para frenar la miseria, la inseguridad y la emigración. Idea a la que se le dio importancia hace décadas, pero no se concretó, pues se impuso la globalización neoliberal.
Felipe Zermeño López
Con Videgaray, política exterior vergonzosa
Es una vergüenza el papel que Videgaray está haciendo jugar a México al preparar el camino para que los yanquis intervengan en Venezuela, como si además nuestro lastimado país fuera el ejemplo de las elecciones limpias.
Esa actitud es la continuación del servilismo que ya mostró y tanto nos lastimó cuando invitó al gorila anaranjado para que viniera a regañar públicamente a Peña y luego a vanagloriarse públicamente de ello.
Es urgente recuperar el principio de no intervención que tanto prestigio dio a nuestras política internacional. Esperemos no llegue el día en que nos den con el mismo palo por culpa del placer que parece encontrar Videgaray en lamerle las patas
a Trump.
Armando Ramírez
Invitaciones
Encuentro con candidatos de Morena-Coyoacán
El Colectivo Morena Chilangos (Comochi), el Observatorio Intercultural MX y la Secretaría de Asuntos Indígenas de Morena Ciudad de México invitan a la entrega de la plataforma política de los pueblos y barrios originarios a los candidatos de Coyoacán. Nos acompañarán María Rojo, aspirante a la alcaldía, y los postulantes a distritos federales y locales. Martes 22 de mayo, a las 17:30 horas en el Albergue del Arte, ubicado en Alberto Zamora 32, colonia Villa Coyoacán.
Araceli Vázquez, Clara Robledo, Ezequiel Cortés, Esperanza de Huete, Frida Sánchez, Francisco Pérez, Guadalupe López, Hugo Sánchez, Lourdes Cortés, Marco Antonio Alvarado, Rolando Carrasco, Rosa Elena Lira, Servando Tapia, Antonio Ruvalcaba y Nelly Juárez
Ponencia Elecciones en Colombia y el proceso de paz
Se invita a la quinta sesión del seminario Procesos políticos y perspectivas de la izquierda en América Latina, que se realizará hoy martes 22 de mayo, a las 18 horas, con la ponencia Las elecciones en Colombia y el proceso de paz. Participará Adriana Lozano, doctora en desarrollo rural, UAM-Xochimilco, integrante del Colectivo para la Paz en Colombia. Los esperamos en Zarco 115, casi esquina con Moctezuma, colonia Guerrero, a unos pasos de la estación del mismo nombre, en la línea 3 del Metro. Pastor Ricárdez