por riesgos
Martes 22 de mayo de 2018, p. 9
El contexto económico, social y político en México y el mundo, incluido el proceso electoral del 1o de julio, tiene un alto riesgo de incidir desfavorablemente
en la inercia positiva en materia económica y laboral, por lo que el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) resolvió por unanimidad no continuar con la revisión que realizaba.
Esta instancia advirtió que la economía mexicana enfrenta factores de riesgo considerables. Frente a esta perspectiva para los próximos meses, el consejo consideró que debe privar la prudencia y evitar en lo posible descarrilar las tendencias inerciales positivas del crecimiento económico, el empleo y la inflación
, por lo que se negó a seguir con la revisión.
Las negociaciones empezaron hace unos días, a petición de los sectores obrero y patronal. La semana pasada se anunció que la determinación de ajustar o no el minisalario se daría antes del 30 de mayo. Ayer, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social informó mediante un comunicado que debido a los riesgos externos e internos, y a pesar de que hay tendencias positivas, se optó por cancelarla.
En lo interno, no se descartó un posible aumento en la volatilidad financiera asociado al proceso electoral y la trayectoria del tipo de cambio entre el peso y el dólar como un riesgo de inflación.
Los factores externos que el consejo determinó que pueden incidir desfavorablemente son: la normalización monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, persiste el riesgo de que cambios no anticipados en dicho proceso detonen ajustes en los portafolios de los inversionistas internacionales, que podrían generar episodios de volatilidad financiera y afectar los flujos de capital hacia economías emergentes, como la mexicana
.
Otro es la reforma fiscal aprobada por el Congreso estadunidense en diciembre del año pasado. Existe preocupación sobre la posible pérdida de competitividad de México con respecto a Estados Unidos debido a la reducción de sus tasas corporativas de 35 a 21 por ciento, mientras que en México permanece en 30 por ciento. No es deseable pretender mejoras en la competitividad de México a través de un deterioro en la postura fiscal
.