Villahermosa, Tab.

Los restos del periodista Juan Carlos Huerta Gutiérrez, quien fue ejecutado la mañana del martes en Villahermosa, fueron sepultados ayer en el cementerio Recinto Memorial de esta ciudad. Antes, amigos y familiares acudieron a una misa de cuerpo presente, donde la madre del comunicador pidió perdonar a los agresores de su hijo.

Gloria Gutiérrez agradeció a los asistentes su presencia y recordó que la estación de radio era un sueño que su hijo logró realizar, pero algo pasó mal.

El comunicador dirigió por más de 22 años el noticiero vespertino Panorama Sin Reservas y el noticiero nocturno del Canal 9 local.

En el acto luctuoso estuvieron presentes comunicadores locales, empresarios, líderes obreros y personajes de la política estatal, entre ellos los candidatos del PRI a la gubernatura y a la alcaldía de Centro, Georgina Trujillo Zentella y Adrián Hernández Balboa, respectivamente, así como el dirigente estatal del tricolor, Pedro Gutiérrez.

También acudió el candidato a gobernador por Nueva Alianza, Manuel Paz Ojeda, quien suspendió su campaña y la reanudará el 19 de mayo.

En el funeral, el titular de la Fiscalía General de Tabasco, Fernando Valenzuela Pernas, dijo en entrevista con una televisora que el ataque al conductor de radio fue planeado, de acuerdo con las pesquisas, y señaló que recibió cuatro disparos de arma calibre 45.

Mencionó que la víspera del asesinato comió con el comunicador y en ningún momento le expresó que sintiera algún riesgo hacia su integridad física o la de su familia, pues en ese caso se le habría dado protección.

Según las investigaciones, al menos dos vehículos se usaron para interceptarlo.

La Asociación de Periodistas de Tabasco (ATP) difundió un desplegado en el que exige el pronto esclarecimiento del homicidio, así como también medidas cautelares para el pleno ejercicio de la libertad de expresión.

Agregan que este crimen no sólo lastima y enluta a los comunicadores de nuestro estado, sino también lacera a toda una sociedad que se ha visto inmersa en una ola de violencia que limita nuestra tranquilidad.