La política cultural de los recientes años ha visto desde un palco no sólo la desigualdad en el país, sino la normalización de la violencia y esto tiene que terminar, dijo Alejandra Frausto, propuesta como titular de la Secretaría de Cultura federal por la coalición Juntos Haremos Historia que contiende por la Presidencia de la República.

Durante su participación en el Diálogo por la reforma cultural, convocado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y Editarte Publicaciones, la ex directora de Culturas Populares de esa dependencia federal dijo que para Andrés Manuel López Obrador (AMLO), candidato puntero en la contienda electoral, la cultura ocupa un papel fundamental en la transformación de México; no es un adorno.

Añadió que la diversidad cultural es nuestra mayor fuerza, lo que nos define como país y nos da la posibilidad de un diálogo de tú a tú con el mundo. Esa diversidad cultural es la que permite reconstruirnos. La cultura es una herramienta de paz.

En el programa de AMLO, continuó Frausto, “la cultura es uno de los ejes transformadores de la realidad, es un proyecto común. Por eso trabajamos de la mano de las personas que han sido nombradas en el gabinete propuesto y que encabezarán la secretarías de Educación Pública, Turismo, Desarrollo Social, Medio Ambiente, Relaciones Exteriores, Economía y Hacienda, con presupuestos concurrentes y grandes objetivos comunes.

La nuestra es una política de escucha. Partimos de escuchar a las personas que mayor experiencia tienen, a las que viven día a día la cultura, pero también a aquellas personas que anhelan que la cultura sea parte de su cotidianidad.

En el encuentro que se desarrolló en el Centro Cultural Roberto Cantoral participaron también Raúl Padilla, representante de la coalición Por México al Frente; Beatriz Paredes, de Todos por México –y en representación de Javier Lozano, de quien se había anunciado su presencia–, y Consuelo Sáizar, representante de Valor es Margarita Zavala. Nadie asistió en nombre del candidato independiente Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco.

Los cuatro participantes coincidieron en que hace falta elevar el presupuesto que se asigna al ámbito cultural.

Padilla dijo que la propuesta del Frente es dar fuerza a las culturas alternativas, a las culturas populares y las artesanías, mediante políticas transversales, haciendo énfasis en la descentralización, con un programa para dotar de infraestructura cultural a todos los rincones del país, con un presupuesto digno, porque es una lástima que se destine a la cultura apenas 0.3 por ciento, es decir, unos 17 mil millones de pesos de un presupuesto de 4.5 billones.

Paredes explicó que la propuesta de Todos por México considera una política cultural incluyente, participativa, transversal. Sí a la libertad plena de los creadores, más apoyo en becas para los jóvenes talentos.

La ex presidenta del extinto Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en el gobierno de Felipe Calderón, Consuelo Sáizar, dijo que la propuesta cultural de la candidata independiente incluye elevar a uno por ciento del producto interno bruto el gasto anual en cultura, más becas para estudiantes de artes, más estímulos fiscales a la inversión privada en cultura, así como construir una cineteca en cada estado, bibliotecas incluyentes, una escuela de guionistas y tomar la gestión de los teatros del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Alejandra Frausto dijo que la reforma cultural ya está en marcha, con la creación de la Secretaría de Cultura y su respectiva ley. El paso siguiente es “redistribuir la riqueza cultural que tenemos, pues hay una creación muy poderosa desde todas las artes y desde todas las trincheras, pero llega a muy pocos. Por eso, para nosotros la redistribución es muy importante, no sólo del centro hacia afuera; las periferias son las nuevas centralidades.

“Tenemos que reconocer las fuerzas creativas que hay en todas partes y reconocer circuitos permanentes de distribución de esta riqueza con un proceso incluyente y permanente en las comunidades que nunca han tenido contacto.

Los invito a materializar una visión diferente de la cultura. Ésta tiene que dejar de ser asistencialista y un lujo, un accesorio o un privilegio. La redifinición de cultura la haremos entre todos, concluyó.