En la edición 19 de la Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura, que se realiza en la ciudad de Antigua, Guatemala, María Cristina García Cepeda, titular de la Secretaría de Cultura federal, refirió que el desarrollo y puesta en marcha de los diversos mecanismos conjuntos de cooperación intercultural tienen como eje la democratización del acceso a la cultura y la participación ciudadana, pues la finalidad es contribuir a la formación de una sociedad más crítica, participativa e incluyente.

Continuaremos construyendo una región unida y solidaria, que encuentra en sus raíces comunes y su diversidad cultural la sólida base para la cooperación hacia el desarrollo, dijo la funcionaria federal.

“Hoy conocemos –añadió– con mayor certeza la estrecha relación en nuestro país entre sus recursos naturales y culturales.

Con poco más del uno por ciento de la superficie terrestre, México posee al menos 10 por ciento de la biodiversidad del planeta. Eso lo convierte en el cuarto país, a escala mundial; lo que coincide con el hecho de que es uno de los cinco culturalmente más diversos. México ocupa el séptimo lugar en la lista del patrimonio cultural y natural, el séptimo en patrimonio documental y el octavo en patrimonio inmaterial, además de ser el quinto en diversidad lingüística.

García Cepeda afirmó que en México abrazamos los programas iberoamericanos como puentes de entendimiento entre culturas, como sólidas herramientas complementarias en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible.

Recordó que desde la adopción en 2007 de la Declaración de Friburgo, la cual nació de la urgencia de considerar a los derechos culturales parte esencial de los derechos humanos, en el país se incluyó, dos años más tarde en la Constitución, el derecho al acceso a la cultura, al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en ese ámbito y al ejercicio de los derechos culturales como parte de las garantías individuales.

Precisó que para crear las condiciones que hicieran posible el ejercicio de este derecho, se fijó la obligación del Estado de proveer los medios necesarios, con la premisa de atender la diversidad cultural y respetar la libertad creativa.

En 2011 las garantías individuales se consideraron derechos humanos, por lo que el acceso a la cultura es ahora en México un derecho humano protegido por la Constitución y los tratados internacionales de los que el país es parte.

García Cepeda dijo que en décadas recientes, la conciencia sobre la diversidad cultural permitió consolidar instrumentos y medidas para proteger, promover y defender el derecho a la cultura.