Durante 2017, en México 20 mil 390 personas fueron víctimas de desplazamiento forzado interno (DFI), principalemente por conflictos relacionados con la violencia e inseguridad en el país, con lo que suman al menos 329 mil 917 afectados por este problema de 2006 a la fecha.

Documentó lo anterior la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (Cmdpdm) en su informe Episodios de desplazamiento interno forzado masivo en México 2017, que se presentó ayer. Señala que entre enero y diciembre del año pasado hubo al menos 25 casos en el país, siendo Guerrero, Sinaloa, Chihuahua, Chiapas y Oaxaca las entidades más afectadas.

José Antonio Guevara, director de la Cmdpdm, refirió que este fenómeno se presentó el año pasado en 79 localidades de 27 municipios de nueve entidades del país.

El estado con mayor número de episodios es Guerrero, con siete; Sinaloa, cinco, y Chihuahua, Chiapas y Oaxaca, tres cada uno. Los otros con reportes de este problema son Coahuila, Durango, Michoacán y Zacatecas.

Chiapas sumó 6 mil 90 afectados por estas violaciones a los derechos humanos, equivalente a 29.87 por ciento del total de los desplazados, siendo el conflicto territorial entre los municipios de Chalchihuitán y Chenalhó –con más de 5 mil afectados– el caso más grave. En Guerrero hubo 5 mil 948 desplazados, también derivado de la violencia, seguido de Sinaloa, con 2 mil 967 personas en esa condición.

En todos los episodios hubo presencia y/o uso directo de la violencia, que en su mayoría fue generada por grupos armados organizados, lo que constituyó la causa directa y principal, advirtió la Cmdpdm.

La violencia o el miedo a ésta estuvieron presentes en todos los desplazamientos ocurridos el año pasado. De acuerdo con el registro de la ONG, 11 mil 232 personas se desplazaron a causa de la violencia generada por grupos armados organizados; 8 mil 928 huyeron de sus hogares debido a violencia política, conflictividad social y disputas territoriales; mientras 230 fueron desplazadas debido a proyectos extractivos mineros.

Las formas de agresión registradas con más frecuencia en los episodios de desplazamiento fueron el uso de armas o presencia de sujetos armados; amenazas e intimidación, y la quema, destrucción o ataque con armas de fuego a casas, cultivos, negocios o vehículos.

La población indígena fue especialmente afectada. Del total de personas desplazadas ese año, 12 mil 323 eran de pueblos originarios, lo que representa 60.44 por ciento del total de víctimas.