Stefan Marinov se mantiene firme en su apuesta por la genialidad de Yahel Castillo, y a la vez el entrenador es realista ante la inconsistencia del clavadista que no se conforma con haber llegado a dos finales olímpicas y aspira a subir al podio en Tokio 2020.

Le va a costar trabajo, porque salió de la jugada durante dos años, así que lo primero es presentarse de nuevo en las competencias, que lo aprecien, que consiga buenas calificaciones, porque tiene muy buena línea y muy buen estilo, asentó el técnico búlgaro, al frente de la preparación del clavadista que no se rinde en el objetivo de recuperar el nivel que perdió desde el ciclo olímpico de Río 2016, cita para la que no calificó.

Sabemos muy bien que hay nuevos chavos, sobre todo chinos, los rusos andan más o menos igual, pero es importante que se presente; es como una nueva entrada a la competencia internacional y puede hacerlo bien, sostuvo Marinov.

Castillo, séptimo lugar en el trampolín de tres metros en Pekín 2008 y sexto en Londres 2012, está convencido de que a sus casi 28 años puede proyectarse hacia Tokio 2020 y llegar al nivel de la exigencia.

Así lo demostró al ganar hace un mes el campeonato nacional en León, donde no falló ninguna ejecución para imponerse al experimentado Rommel Pacheco, el joven Rodrigo Diego, Juan Celaya y Jahir Ocampo.

Ese triunfo en la competencia nacional, que en ocasiones resulta más intensa que alguna final regional o continental, el saltador mexiquense ganó el derecho de regresar a los primeros planos, la Copa del Mundo de la Federación Internacional de Natación, a celebrarse en Wuhan, China, del 5 al 10 de junio, y es preseleccionado rumbo a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, aunque para esa justa todos deberán someterse a otro filtro.

Sobre todo, el multimedallista en campeonatos y series mundiales recuperó la confianza después de haber perdido terreno ante las nuevas generaciones que mantienen a los clavados mexicanos en la élite, en parte afectado por una serie de lesiones, y en su momento una cuota de indisciplina, de lo que es consciente.

Regresé a los clavados con muchas ganas de hacer lo que sé. Soy capaz de ganar una medalla en Tokio 2020. Tengo la cosquilla de volver a intentarlo una vez más, manifestó el clavadista que se prepara a dobles sesiones en la fosa del Centro Deportivo Olímpico Mexicano.

De vuelta a la selección, Yahel contempla la posibilidad de incrementar el grado de dificultad en su tabla de clavados, aunque admite: Ya no es como hace ocho años cuando estaba joven, que podía competir y fallar clavados y nadie me ganaba. Ahorita es algo diferente, pero he madurado y ahora busco hacer las cosas bien.