Era cuestión de espera y el tiempo se adelantó. El tijuanense de 21 años, Jaime Munguía, aceleró su proceso de manera inesperada y este 12 de mayo disputará el título mundial superwélter de la Organización Mundial de Boxeo ante el neoyorquino Sadam Ali.

Lo confirmaron este fin de semana, pero todo se precipitó a partir de que su nombre surgió como posible rival para Gennady Golovkin tras la cancelación de Saúl Canelo Alvarez.

La Comisión de Nevada no lo autorizó y Golovkin se decantó por otro rival. Pero el nombre de Munguía fue catapultado.

Creo que ser candidato a pelear contra Gennady Golovkin me abrió esta puerta, dice el joven, quien fue nombrado por la tradicional revista estadunidense The Ring como el mejor prospecto de 2017 y lo consideró aspirante a convertirse la próxima estrella del boxeo mexicano.

Todo ha sucedido muy rápido desde entonces, primero la oferta contra Golovkin, luego la cancelación, y de repente la confirmación de que voy por un campeonato del mundo. Aunque Munguía se había desanimado tras la cancelación de Golovkin, ahora tiene otra lectura de lo ocurrido.

Siempre hay un riesgo al enfrentar a cualquier rival, dice el tijuanense; pero creo que está oportunidad me conviene más, porque Golovkin pega muy fuerte y aguanta; Ali es un gran peleador, pero tengo más posibilidades contra él.

Cuando la Comisión de Nevada le negó la posibilidad de pelear contra el kazajo, el entrenador Ignacio Beristáin dijo que era lo mejor que podía ocurrirle al joven tijuanense, a quien reconoció como un gran prospecto, pero al que le recomendó esperar todavía un poco y corregir algunas fallas.

Me enteré de lo que dijo Beristáin, cuenta Munguía, “pero lo tomé como un consejo. Sí, tiene razón, debo trabajar mucho más varios aspectos, pero eso lo hago todos los días.

Munguía reconoce que calculaba que su primera oportunidad de título mundial sería hasta 2019. Sin embargo, también advierte que un boxeador debe estar listo para cuando se presenten las oportunidades.

Nadie diría que no a esta oportunidad, sentencia; estoy preparado y sé que puedo enfrentar un reto como el que se me ofrece.

Sobre los elogios que ha recibido de manera entusiasta en Estados Unidos, Munguía prefiere hacerlos a un lado. Piensa que creerse todo lo que escucha puede marear a cualquiera y eso es lo más peligroso para un peleador.

No puedo dejarme llevar porque alguien se exprese bien de mí, previene, debo alejar eso lo más que pueda y plantar bien los pies en la tierra. Escucho los consejos, esos sí, si dicen que tengo fallas en la defensa, pues me pongo trabajar en eso, a evitar que entren golpes.