El claroscuro y la luz de Caravaggio, gran maestro italiano del barroco, se expanden en detalles de pliegues y la carne en el Museo Nacional de Arte (Munal).

Eso es posible gracias a la exposición Caravaggio: una obra, un legado.

Incorporar hasta 58 óleos en movimiento, gracias a la proyección en alta definición, acompañada con música orquestal, el oleaje de la última morada del artista y un suave aroma inspirado en el Mediterráneo, son la experiencia multisensorial que complementa la exposición pictórica encabezada por La buenaventura, lienzo de 1596, llegado temporalmente desde Roma.

Revuelo por el segundo lienzo original que llega al país

La presencia de una sola obra ha causado revuelo desde el anuncio de la visita de un Caravaggio, en la segunda ocasión que un cuadro de ese pintor llega a México. La primera ocurrió en 1976, cuando el Museo de Arte Moderno exhibió El laudista.

Lidia Camacho, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), horas antes de la inauguración la noche del miércoles, dijo que se trata de una experiencia única en el mundo, al brindar una obra significativa en los inicios del pintor, además de la experiencia inmersiva, que gracias a la tecnología muestra pinturas de manera cercana, hasta olfativa.

Se muestra la influencia que tuvo Caravaggio en la pintura europea y novohispana mediante la exhibición de una de las obras claves para comprender el desarrollo inicial de este extraordinario pintor y el primer acercamiento sin duda a una de sus características muy particulares que es el trabajo del claroscuro, detalló en uno de los salones del edificio de Tacuba 8, en el Centro Histórico.

Protagonizada por el lienzo La buenaventura, la exposición, que cerrará el 20 de mayo, se complementa con 16 piezas de colecciones nacionales del Munal, así como de los museos Nacional de San Carlos y Franz Mayer, además de la instalación multisensorial producida por la empresa Medialart, que permite explorar los famosos óleos, que están en museos de todo el mundo, mediante recursos digitales.

Con el título original de La Buona Ventura, muestra a una gitana que con el pretexto de leer las líneas de la mano a un hombre joven para comunicarle los augurios de su vida, aprovecha para robarle el anillo que lleva en la mano derecha, describió Abraham Villavicencio, uno de los curadores de la muestra, junto con Alivé Piliado. En la imagen se observan las soluciones plásticas que estuvieron anunciadas por primera vez.

Al final del amplio salón, tras recorrer dos módulos temáticos, resplandece el gran lienzo con fondo ocre que abre el intercambio de miradas entre la pareja que habita la escena. Tras un recorrido por Nápoles, Sevilla y la Nueva España para reconocer la influencia ejercida por Caravaggio, finalmente el espectador se encuentra con la joya de la colección.

El lienzo revela secretos del controvertido pintor Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610), pues tiene la singularidad de que fue realizada sobre otra pintura. Villavicencio mencionó que debajo se encuentra una Madona, en un formato vertical. Arena de río fue utilizada para lograr la adherencia de los pigmentos y una pincelada de amarillo de Nápoles creó la ilusión del anillo, escondido en el juego de manos de la pareja. Además, posee una característica del artista italiano, pues se aplicó el color directamente, sin boceto previo.

Esta pintura ha sido interpretada por algunos historiadores del arte como una representación de la parábola del hijo pródigo. Sin embargo, se puede constatar que hay una crítica a esta figura masculina que cae seducida ante una mirada coqueta y cae en el engaño de una falsa ilusión amorosa, por lo que es víctima de robo, describió de la obra que llega a México gracias a la colaboración con los museos Capitolinos de Roma. Otra versión de esa obra se encuentra en el Museo del Louvre, en París.

Es más importante la poética, que la tecnología, afirmó Stefano Fake, director del equipo creador de la instalación Experiencia Caravaggio, que incita al visitante a permanecer en un gran salón en penumbras y dejarse llevar por los sentidos. Intentamos llevar al público dentro de la pintura, con la música y el perfume.