Thomas ha arrasado ya 53 mil 400 hectáreas, destacan
2017 ha sido el año más letal en cuanto a incendios; suma 40 víctimas
Domingo 10 de diciembre de 2017, p. 35
Los vientos huracanados que alimentan los incendios del sur de California, y que han obligado a desalojar a cientos de miles de personas, desataron nuevos fuegos cerca de la ciudad de San Diego.
Desde que estalló en la noche del lunes en el condado de Ventura, a una hora al noroeste de Los Ángeles, el llamado incendio Thomas ha arrasado ya 53 mil 400 hectáreas, una zona que triplica el tamaño de la capital estadunidense, Washington DC, y sólo está contenido en un 10 por ciento.
Los bomberos trabajan día y noche bajo una espesa nube de humo negro para combatir las llamas en seis frentes que han destruido centenares de inmuebles, incluidas mansiones que valen millones de dólares.
Con ráfagas hasta de 100 kilómetros por hora, los feroces vientos de Santa Ana generan un peligro extremo de nuevos incendios
, advirtieron las autoridades. El alerta roja fue ampliada al fin de semana debido también a la baja humedad esperada.
A pesar de la intensidad de las llamas, las autoridades reportaron hasta ahora un solo fallecido, una persona no identificada en Ventura.
Mueren más de 20 caballos
A más de 250 kilómetros al sur, el incendio Lilac crecía a un ritmo alarmante, después de arrasar ya con mil 600 hectáreas desde que se inició la mañana del jueves, obligando a una ola de desalojos.
Cuatro personas hasta ahora resultaron heridas de quemaduras y por inhalación de humo en el área de Lilac.
Las llamas cobraron, además, la vida de más de dos docenas de caballos de carrera, luego de destrozar ocho establos en el centro de entrenamiento San Luis Rey, en la población de Bonsall, donde había unos 500 ejemplares.
Tres cuartas partes de los establos fueron consumidos por el fuego, que se movía tan rápido que no pudieron sacar a todos los caballos
, dijo el jefe de bomberos Ross Fowler. Es difícil cuando los caballos tienen miedo, no obedecen, son pesados y pueden herirte
.
En un pueblo vecino, Fallbrook, Afp constató el grado de destrucción. Con un cielo despejado y palmeras en el horizonte, un vecino camina entre un escenario apocalíptico de casas destruidas por el fuego: todo negro, hecho cenizas, sólo quedan algunas meses metálicas y rejas, mientras los bomberos inspeccionan las ruinas en busca de posibles focos que puedan generar un nuevo incendio.
Aprovechando una tregua del viento, los bomberos lanzaron agua sobre haciendas y residencias afectadas en ambos poblados.
Estaba en pánico
En Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada de Estados Unidos, los bomberos pudieron controlar parcialmente el incendio Skirball, que se abalanzó sobre el exclusivo barrio de Bel-Air, donde varias celebridades tienen propiedades.
Lujosas mansiones quedaron engullidas por las llamas. El magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch tiene allí una viña de 30 millones de dólares, Moraga Bel Air Winery, que hasta ahora no reportó mayores daños.
Los otros incendios en la metrópoli californiana siguen avanzando: el Rye consumió 2 mil 400 hectáreas y está 35 por ciento contenido, y el Creek, el mayor y más peligroso en la zona, que se extendió por 6 mil hectáreas y devastó 60 inmuebles, la mitad de ellos casas familiares, está contenido en 40 por ciento.
El incendio Liberty en el condado de Riverside, al este de Los Ángeles, consumió 120 hectáreas y apenas estpa siendo contenido (5%).
El incendio estaba allá en la acera
, dijo Judy Herman (76) recordando cuando abandonó su casa en Murrieta, que resistió. Estaba en pánico
.
Varias órdenes de desalojo en Los Ángeles fueron levantadas en la tarde.
El gobernador de California, Jerry Brown, declaró ayer el estado de emergencia en los condados de Santa Barbara, San Diego, Los Ángeles y Ventura, al igual que el presidente Donald Trump, quien autorizó recursos federales para apoyar en la emergencia. 2017 ha sido el más letal en cuanto a incendios en California: más de 40 personas murieron en más de una decena de incendios que devastaron la zona.