El ex sacerdote Alberto Athié dijo que la premura con la que fue aceptada la renuncia del cardenal Norberto Rivera Carrera se dio por ser considerado un personaje incómodo, por lo que ya no podía ser mantenido en el cargo. En el balance entre lo positivo que pudo haber hecho y lo negativo, pesó más lo segundo.

En entrevista, argumentó situaciones como el encubrimiento hacia pederastas, que no sólo fueron en su diócesis, sino también en otras, tensiones con el papa Francisco además de “su dureza, su actitud lejana con la comunidad; su incapacidad para dialogar generaba muchos conflictos con la sociedad“, principalmente en la Ciudad de México.

Sobre el nombramiento del cardenal Carlos Aguiar Retes, señaló que se requiere revisar su trayectoria y destacó la relación que tiene con el Grupo Atlacomulco y el presidente Enrique Peña Nieto.

Recordó que Aguiar Retes organizó la visita del Peña con su entonces prometida Angélica Rivera, para anunciar a Benedicto XVI que se iban a casar por la Iglesia.

La Iglesia en México está muy dolida, lastimada, abandonada en los problemas centrales, por lo que será muy difícil que remonte hacia una “viva, crítica y propositiva; ése es el gran reto del recién nombrado arzobispo primado.

Por su parte José Barba, quien formó parte de los ocho ex legionarios que denunciaron a finales de los años noventa los abusos sexuales de Marcial Maciel, se dijo alegre de que finalmente el Papa haya tomado la decisión de sacar del cargo a una persona que hacía más daño que provecho y que se alió siempre con las fuerzas de la conveniencia y del poder económico o social, pero al quien nunca se vio realmente interesado con las labores evangélicas pastorales.

Expuso que tras los sismos a Rivera Carrera no se le vio hablando en ningún momento a favor de las víctimas. Recordó también las ocasiones en las que repetidamente negó que encubriera a pederastas.

Aunque reconoció que no conoce personalmente a Aguiar, expresó su esperanza porque traiga un mensaje más cercano a lo que el papa Francisco quiere que prive dentro de la iglesia católica actual.