Salvador Rangel, obispo de Chilpancingo-Chilapa, consideró que el proyecto de la ley de seguridad interior fue hecha al vapor.

Indicó que al Presidente se le dan todas las facultades para decidir dónde deben actuar las fuerzas armadas, cuando en una democracia debe haber equilibrio entre los diferentes poderes.

Precisó que las fuerzas armadas tienen una finalidad muy específica, que es la de defender al país frente a enemigos, por lo que los militares están adiestrados, instruidos para el ataque, para la guerra, mientras que las fuerzas policiacas deben realizar una labor más preventiva. En Vida Nueva Digital, el obispo de Chilpancingo-Chilapa, –una de las diócesis del país donde las fuerzas armadas apoyan las labores contra los grupos delictivos– llamó a los legisladores a escuchar la voz del pueblo.

En cuanto a otorgar perdón a los narcotraficantes, Rangel, quien en algunas ocasiones se ha encontrado con miembros del crimen organizado para alcanzar acuerdos de pacificación, consideró que para lograr la paz es necesario dialogar con todos los sectores, incluso con los narcotraficantes.