La mexicana Amalia Pérez llegó entusiasmada por el grito del público y las guitarras de AC/ DC; se recostó en el banco y resopló. Vamos, dijo casi con dulzura. Pero lo que sobrevino fue un estallido de potencia para levantar 123 kilogramos y convertirse en la monarca en levantamiento de pesas durante el Campeonato Mundial de Para Powerlifting que se celebró en el gimnasio Juan de la Barrera.

Fue el segundo oro en levantamiento adaptado en dos días, después de que al filo de la media noche del sábado, el mexicano José de Jesús Castillo conquistó un metal dorado en +107 kilogramos.

Amalia Pérez, oro en Pekín 2008 y Londres 2012, levantó 117 kilos en el primer intento y 122 en el segundo. Pero amenazada por la ucraniana Mariana Shevchuk –medalla de plata–, subió la apuesta en el tercer intento y logró levantar 123 para convertirse en campeona mundial en la división mayor de 55 kilogramos. El podio lo completó la uzbeka Ruza Kuzieva.

Una fiesta deportiva que tuvo su contraparte en el Campeonato Mundial de Para Natación en la Alberca Olímpica, donde este domingo se consiguieron cinco medallas y el multimedallista Juan Ignacio Reyes se despidió de las competencias, después de 21 años de carrera.

Juan Ignacio pensó despedirse al terminar los Juegos de Río 2016. Después de conseguir cinco oros entre Sidney 2000, Londres 2012 y Río 2016 decidió dejar las albercas. Pero al enterarse que el Campeonato Mundial de Para Natación sería en Ciudad de México en 2017, eligió que ahí terminaría con más de dos décadas dedicadas al deporte de alto rendimiento.

Y la fecha se cumplió. Fue la mañana de este domingo en el Campeonato Mundial que se celebra en la Alberca Olímpica Francisco Márquez. No fue lo que esperaba, Juan Ignacio llegó en quinto lugar en la prueba de 50 metros dorso categoría S4. Fue superado por sus compatriotas y camaradas, Jesús Hernández, quien logró la medalla de plata, y Gustavo Sánchez, con el bronce. El oro fue para el checo Arnost Petracek.

Juan Ignacio se sentía emocionado y un poco molesto con su desempeño. Estaba convencido de que pudo lograr un mejor puesto para terminar su carrera de 21 años en el deporte de alto rendimiento.

El día llegó, dijo con el alivio de quien cumplió con sus expectativas de vida; tengo sentimientos encontrados por el resultado, pero me siento satisfecho con lo que hice en toda una vida competitiva por mi país. Eso es lo que me tiene más feliz.

Los nadadores mexicanos Gustavo Sánchez y Jesús Hernández lo felicitaban, le repetían que había sido un honor competir con él. Pero Juan Ignacio hubiera querido despedirse con un podio. De cualquier modo estaba feliz. Una frase que repitió al final de su carrera lo resumió.

En las albercas hice y deshice a mi antojo, insistió Reyes; es difícil dejar lo que has he-cho durante toda la vida, es un sentimiento muy fuerte, pero culminan los ciclos y ahora quiero dedicarme a otros aspectos, evolucionar. Me dedicaré a mi profesión de licenciado en mercadotecnia.

La satisfacción era inocultable, no sólo por las medallas que le regaló a México en décadas de competencia, sino también que desde el deporte adaptado contribuyó a hacer una sociedad más inclusiva y equitativa.

No sólo porque somos parte de la sociedad, sino porque con nuestro trabajo influimos mucho en la gente, las nuevas generaciones saben más acerca de cómo es la vida de un deportista de alto rendimiento como nosotros.

En 100 metros pecho, la mexicana Naomi Somellera consiguió el subcampeonato al terminar detrás de la estadunidense Jessica Long, oro, y el podio lo completó el bronce de la checa Vendula Duskova.

Casi al anochecer, el mexicano Juan José Gutiérrez ganó bronce en 100 metros pecho, categoría SB6. Y Matilde Figueroa también consiguió tercer lugar en 100 metros dorso S11.