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Homenajean al historiador en acto de lenguas originarias

Nuestras tradiciones nos permiten vivir de la mejor manera: López Austin
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En la imagen, Hubert Martínez Calleja, Dulce María Zúñiga, el homenajeado, Eduardo Matos Moctezuma, Mardonio Carballo, José del Val y Ofelia Medina en el acto que fue parte de la FILFoto Arturo Campos Cedillo
Enviada
Periódico La Jornada
Lunes 4 de diciembre de 2017, p. 7

Guadalajara, Jal.

El historiador Alfredo López Austin en fotografías, de niño, en sus viajes, en su boda; sus libros, su trabajo, su oficio de maestro. Así fue el homenaje que vivió como parte del Encuentro de Literaturas en Lenguas Originarias de América.

La actriz y activista Ofelia Medina fue la encargada de moderar la mesa, la noche del sábado, en la que estuvieron el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, los poetas Mardonio Carballo y Hubert Martínez Calleja –quien horas antes fue galardonado con el Premio de Literaturas Indígenas–, el etnólogo José del Val, la directora de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, Marisol Schulz, y Dulce María Zúñiga, directora del Premio FIL.

Después de los discursos que, en sus palabras, dejaron a Alfredo López Austin ancho como guajolote, el investigador emérito del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México se refirió a la colaboración de todos los que estaban en la mesa por su cariño y amistad “que me han demostrado hoy y a través de muchísimos años, en los que todos hemos vivido juntos luchando por lo que creemos, que es nuestra verdad, tratando de llegar a un México que debe reconocerse como plural.

No podemos olvidar eso, no podemos uniformarnos ante una idea de la cultura mestiza, aunque yo lo sea; tenemos que reconocer que formamos grupos con nuestras características, necesidades, anhelos y, sobre todo, con tradiciones que son las que nos permiten no meramente vivir, sino vivir de la mejor manera: realizarnos como seres humanos, todos de la mejor manera, porque cada quien está utilizando una herencia no para repetirla sino para partir de ahí y continuar construyendo tradiciones que son con las que enfrentaremos cada uno de nosotros a este futuro cada vez más incierto.

La tradición, añadió, “es un arma y no podemos renunciar a ella, es plural y no podemos renunciar a la pluralidad. El México en que vivimos lo construimos todos, no es posible permitir que los frutos vayan a unos cuantos; los frutos deben ser de quienes trabajamos en la medida en que lo hacemos y en la medida en que con nuestro trabajo sostenemos un país cada vez más en desgracia, simplemente porque no hemos podido hasta ahora luchar, reclamar lo que nos pertenece.

Tenemos que hacerlo, no depende una persona, de dos personas, un partido. No. Pertenece esta posibilidad de transformación a todos nosotros en beneficio de todos y en esa pluralidad cada uno con sus pertenencias a una tradición dada, cada uno de nosotros no como individuos, sino como pertenecientes a una red de relaciones que nos hace ser mucho más que una suma de unidades celulares.

Minutos antes, al presentar al López Austin y los integrantes de la mesa, Ofelia Medina recordó que es el segundo año en que se realiza el encuentro, gracias a una iniciativa que tuvimos algunos de los que estamos aquí para que en esta feria hubiera un espacio importante para las lenguas originarias y su publicación. Sin estas lenguas y culturas nuestro país no tiene futuro o vamos todos o no va nadie. Ellos, nosotros, los que nos reconocemos en ellos, sabemos que ahí no está sólo el pasado: está el futuro. En esta cultura que se concibe por la vida, no por la mierda del dinero y el poder, es donde habrá futuro para todos o no lo habrá para nadie. Es haber logrado que la feria no sólo sea del libro en castellano, sino que estén aquí las más las 68 lenguas del país y de otros países. Empezamos una nueva etapa; es vanguardia, crecer, entender que sin nuestras culturas no tenemos identidad y no somos nada.

López Austin, añadió Medina, nos ha ayudado a entender quiénes somos, mientras Matos Moctezuma subrayó que el homenajeado es ejemplo de trabajo constante. Su libertad inquebrantable no se sujeta a nadie ni a nada. Carballo, a su vez, dedicó un pequeño video a la vida y obra del autor de Hombre-dios: religión y política en el mundo náhuatl, y Hubert Martínez habló de dos leyendas, la del tlacuache y la de la búsqueda del nombre. López Austin a través de su trabajo ha construido su nombre y el de muchos de nosotros; marca un camino para unir nuestros pensamientos como hizo el tlacuache, al contar las historias que nos dieron origen, así engendramos la palabra del tiempo en el vientre de los más jóvenes para que lo guarden y les dé calor en los tiempos aciagos que vienen.

Lo que ha construido Alfredo López Austin es parte de nosotros, de nuestra identidad, destacó Del Val, al igual que sus cualidades de escritor: su excelente prosa en toda su obra, porque toda obra antropológica es literatura.