Con la implementación del nuevo sistema penal acusatorio, la población penitenciaria en la Ciudad de México disminuyó poco más de 33 por ciento de 2012 la fecha, al pasar de 41 mil 966 internos a 27 mil 981. Ello, sin contar con un mecanismo eficaz de control social de las personas que siguen su proceso penal en libertad, informó el Gobierno de la Ciudad de México.

Lo anterior, explicó, se debe a que son personas acusadas de delitos como robo o portación de arma de fuego, que son considerados no graves, por lo que, aunque son aprehendidas, evitan la prisión preventiva y salen de nuevo a las calles, donde muchas continúan delinquiendo.

Cifras del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México señalan que, por ejemplo, en robo agravado, en 2013 se registraron 12 mil 24 ingresos a prisión; en 2014, 9 mil 728, mientras este año, hasta el 30 de noviembre sólo había mil 349 internos.

El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, advirtió que esta es una tendencia que no se detiene, por lo que es necesario encontrar mecanismos efectivos para sustituir la prisión preventiva.

Y es que en los delitos que más lastiman a la sociedad, como el robo, se ha registrado una mayor disminución de personas en prisión, pero no es debido a que se haya reducido la comisión de dichos ilícitos.

Un robo con violencia o con arma no es delito grave; entonces, viven su proceso en libertad, no en prisión, y eso está generando un problema entre los ciudadanos y un asunto de inseguridad en la Ciudad de México, advirtió a su vez la Secretaría de Gobierno capitalina.

Se trata de personas dedicadas al robo a casa habitación, a restaurantes, a transeúnte, y si bien muchos son detenidos, luego son liberados, al grado de que, señaló la dependencia, hay casos en los que esos presuntos delincuentes terminan cometiendo un delito mucho más grave.

Esa es la preocupación del jefe de Gobierno, que hay un robo en la calle permanente, pues los presuntos autores no se quedan vinculados (en prisión) y siguen hostigando a la población, manifestó la dependencia.

Por ello, agregó, es necesario que esas personas asuman realmente la responsabilidad de la acción que cometieron, teniéndolos en prisión, respetando sus derechos humanos, y no simplemente que entren y salgan de la cárcel.

No es el sistema penitenciario el que los saca; es el sistema de justicia, con un nuevo orden penal, correcto en muchísimos sentidos, pero que necesita algunos arreglos. Por eso es que nos está sucediendo, manifestó.