La inclusión en las cajetillas de cigarros de imágenes y leyendas sanitarias que advierten sobre las consecuencias nocivas de fumar –conocidas como pictogramas– han servido para disuadir de su consumo a muchas personas, pero debido a la presión de la industria tabacalera, las ilustraciones son más pequeñas de lo que deberían ser, afirmó Juan Núñez Guadarrama, coordinador de la Alianza Nacional para el Control del Tabaco.

En entrevista con La Jornada, Núñez advirtió que hay diversos factores que impiden alcanzar la máxima efectividad de dichas imágenes. Sin embargo, consideró positivo el balance de las ocho rondas de pictogramas que ha habido desde 2010, en la medida en que disuade a muchos fumadores que apenas se inician en el consumo del tabaco, a quienes no les gusta verse asociados con representaciones desagradables de las enfermedades que podrían contraer.

Un ejemplo de ello, dijo, es que de acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, unas 4 millones de personas decidieron dejar de fumar por haber visto los pictogramas y otras 5.7 millones de 12 a 65 años ya pensaron en dejar este hábito. A los fumadores empedernidos ni cosquillas les hace, pero sí a los niños y a los jóvenes, por eso es importante que existan. En grupos focales ha quedado claro que una imagen vale más que mil palabras, señaló.

Sin embargo, de 2010 a la fecha los pictogramas siguen ocupando únicamente 30 por ciento de la cara frontal de las cajetillas, cuando la recomendación de la Organización Mundial de la Salud es que cubran, al menos, 50 por ciento del empaque.

De igual manera, la vigencia de las diferentes rondas de pictogramas han tenido periodos muy irregulares, que van de seis meses a 12 o 20. Aunque la idea es que cada tres meses se exhiban nuevas imágenes, no es adecuado que los periodos sean tan caóticos, consideró Núñez Guadarrama.

Además de lo anterior, muchas ilustraciones se han repetido varias veces en las diferentes rondas, y por muy impactantes que sean, llega un momento en que las personas ya no nos espantamos. Lo ideal es que siempre sean imágenes nuevas y muy en el contexto de nuestro país.

Para el activista, el hecho de que no se haya aumentado el tamaño de los pictogramas y que la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados no discuta varios proyectos en contra del tabaquismo obedece a la presión de la industria cigarrera. Que se dejen morir las iniciativas y se les pase el tiempo de discutirlas, para mí es algo que no tiene explicación.